Este año uno de los ciclos temáticos de la Fenal fue la Salud Mental y la tanatóloga Gaby Pérez Islas formó parte de este programa con la presentación de su libro “La muerte del amor”.
Autora de Best Sellers como “Elige no tener miedo” y “Caminar por la vida”, compartió ahora su séptima obra, donde analiza las rupturas amorosas desde la tanatología.
Gaby Pérez considera que en este punto su escritura es más madura, tal como lo comentó en entrevista con Periódico AM y que en este libro están puestos sus más de 25 años como tanatóloga, así como lo aprendido en sus 34 años de matrimonio.
¿Cómo relacionaste el amor y la tanatología?
Llevo 25 años de ejercicio profesional como tanatóloga, pero justamente empecé a leer sobre el amor, me interesaba saber qué es lo que habíamos dicho a los jóvenes sobre el amor.
Me preocupé porque a mi consultorio después de la pandemia empezaron a llegar muchas personas que se habían divorciado, víctimas de infidelidad, traiciones; un desgaste de pareja que los llevó a la terapia de tanatología buscando un empujoncito para regresar a las vías de su vida.
Cuando empecé a investigar qué se había escrito sobre el amor, qué nos decían en películas, qué nos habían dicho en series de televisión y cuál era nuestra óptica distorsionada al respecto, elaboré un test para que le tomes la temperatura a tu relación.
¿Es equiparable la ruptura de una relación con la muerte de un ser querido?
Es equiparable en el proceso de duelo que vas a llevar, pero hay fases que son más intensas en una ruptura.
Esto puede sonar extraño, pero cuando alguien muere queda el agridulce consuelo de que no te quería dejar, en cambio alguien se separa de ti o te es infiel, sí quería, y entonces el ego entra a jugar parte a la ecuación.
La etapa del enojo es mucho más intensa, la negación dura más tiempo, no puedes creer que ya se acabó la relación y alimentas tu enojo, porque estás viendo en redes sociales que la otra persona sigue ahí, que ya hizo una vida y ante tus ojos parece que al que hizo mal la vida lo está premiando.
¿Qué tanto contribuyen las redes sociales a la muerte del amor?
Yo creo que mucho porque estamos muy desenfocados. Es un “estoy contigo, pero al mismo tiempo estoy con muchas personas que me siguen”.
Creo que sí está afectando a la inseguridad de las personas y a fomentar que tengas ahí todo un catálogo de posibilidades en lugar de querer trabajar con tu pareja.
En tu experiencia, ¿crees que todas las relaciones se pueden salvar?
No, definitivamente no. Son tres cosas muy claras: las relaciones que no se pueden salvar, en primer lugar, cuando ya estar juntos es insuficiente. “Ay, ¿vamos a ir solos?, qué aburrido mejor invita más amigos, vamos en grupo”.
La segunda, cuando no tienes un proyecto en común, cuando es tu trabajo, mi trabajo, tus vacaciones, mis vacaciones, tu dinero, mi dinero; pero no hay un nosotros, no hay un plan de qué queremos hacer, y el día de mañana.
La última, cuando hay violencia de cualquier tipo. Verbal, física, faltas de respeto, el libro incluye el violentómetro del Instituto Politécnico Nacional para que detectemos lo que es violencia. Me preocupa que no nos demos cuenta que un apodo, una nalgada cuando no quieres, una descalificación, la ironía, el sarcasmo, todo eso es violencia.
¿Una relación puede sobrevivir a la infidelidad?
Yo creo que sí, pero sólo una vez. Todos merecen una segunda oportunidad y hay que revisar la relación. Al principio hay que hablar de la infidelidad pero luego hay que dejar de hablar de ella y muchas personas no dejan de hablar de la infidelidad que pasó hace 10 años.
Si realmente quieres y tienes capacidad de perdonar a alguien, el otro quiere pedir perdón y está en la disposición de ir reparando la confianza, que nunca queda como nuevecita, pero intentas repararlas, se puede una vez.
Pero si llega alguien a contar que esta es la cuarta vez que le engañan, se está enfilando para la quinta porque no ha sido clara ni ha puesto límites.
¿Para quién crees que diriges especialmente este libro?
No tiene género, los ejemplos que pongo de pareja son de todo tipo de vinculaciones; parejas homosexuales, heterosexuales, poliamorosas.
No diría una edad específica, pero mi ilusión es que muchos jóvenes lo lean. Es un libro que está pensado para que los jóvenes vean lo que es amar bonito, me siento muy responsable porque mi generación no les deja un buen ejemplo.
Los ejemplos que los jóvenes han visto de matrimonios felices, son escasos y por eso de pronto deciden ya no casarse o ya no tener hijos; no les dimos evidencia de que se pudiera ser feliz así.
Creo que también me corresponde a mí, como parte de esta generación, decirles que se puede amar bonito, que se den su lugar, que no acepten acuerdos que los denigren o que los conviertan en “casi algo” de alguien, porque se van a pasar los mejores años de su vida haciendo una prioridad de alguien cuando para ese alguien el otro es una opción.
Algún mensaje para tus lectores
Quiero invitar a todos a que lean “La muerte del amor”, es un libro muy interactivo. Si tú decides esforzarte por tu relación, porque la relación todavía lo vale, te voy a dar muchas ideas de cómo conservarla y mejorarla.
Pero si la relación terminó también te digo que tras un final viene un nuevo inicio y que el final de un amor no tiene por qué ser tu propio fin y que no va a acabar contigo.
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