De las tradiciones más arraigadas y únicas de Guanajuato Capital, sin duda destaca la apertura de la Presa de la Olla. Desde hace 275 años la caída del agua al compás de “Sobre las olas”, reúne a miles de personas y provoca alegría en sus corazones. 

Este lunes 8 de julio, la ciudadanía está invitada a presenciar el espectáculo en la Presa de la Olla en punto de la 1 de la tarde, como lo ha marcado la usanza desde hace 275 años. 

En julio de 1847 se celebró por primera vez la apertura de la presa de manera solemne. Foto: Especial.

La Presa de la Olla nació como la solución esperanzadora a la sequía que sufría la ciudad en 1741. En ese año, bajo el mandato del presidente municipal Juan Jiménez se ordenó su construcción, para lo que se eligió el Rancho de la Olla

Los gastos corrieron principalmente a cuenta de Vicente Manuel Sardaneta y Legaspi, primer marqués de la Mina de San Juan de Rayas y la construcción concluyó en 1749. Su inauguración coincidió con el día de San Juan, de ahí que el día de la presa se celebre cada 24 de junio en su honor. 

De la curiosidad a la tradición bicentenaria

Eduardo Vidaurri y Aréchiga cronista de Guanajuato Capital explicó que la arquitectura de la Presa de la Olla no tiene un sistema para la limpieza continua del agua, desde 1750 anualmente se abren las compuertas para que el agua estancada se desfogue. 

A partir de 1750 es tradición, como se trata de un sistema de ingeniería antiguo, rústico, pues se tiene que vaciar porque el agua que se conserva en esa presa se echa a perder. Es necesario que si la temporada de lluvias está sana, vigorosa, y empieza a caer con abundancia, se tire esa agua y se renueve con la lluvia que está cayendo”, mencionó el cronista de la ciudad. 

Y se elige julio por ser un mes en el que llegan las lluvias a la ciudad, ya que así sale el agua estancada para que se renueve con la que cae. La tradición de ir a ver la apertura nació por curiosidad de la población.

La apertura de la Presa de la Olla es una tradición que reúne sin distinción a todos los sectores de la población. Foto: Especial.

Anteriormente se avisaba que se abriría la compuerta para que no hubiera algún accidente. Sin embargo la gente prefería ver cómo caía el agua. Para julio de 1847, se celebró por primera vez la apertura de la presa de manera solemne, en ese entonces Lorenzo Arellano era el gobernador de Guanajuato. 

“Resulta que se daba aviso para evitar cualquier incidente, cualquier problema que pudiera generar la salida de esta agua. Se anunciaba a través de un vocero que salía a las calles que tal día se iban a abrir las compuertas, esto con la intención de que los guanajuatenses se resguardaran en sus casas. Pero la curiosidad era mayor y todos se apostaban en las faldas de los cerros para ver ese magnífico espectáculo”, relató Eduardo Vidaurri

El ritual de Guanajuato 

La apertura de la Presa de la Olla es una tradición que reúne sin distinción a todos los sectores de la población, pues asisten el gobernador, el presidente municipal, funcionarios de alto rango, ciudadanos y hasta turistas

Todos son envueltos en un ritual muy íntimo, pero a la vez colectivo. Miles de personas se arremolinan y pelean hasta el último centímetro de piso para alcanzar un lugar privilegiado en el jardín Florencio Antillón o a un lado de las compuertas. 

Todos esperan a que los funcionarios agiten delicadamente un pañuelo blanco como la señal del inicio del espectáculo, el cual corona de forma sublime el vals “Sobre las olas” del compositor guanajuatense Juventino Rosas, pieza que interpreta la Banda del Estado

El lugar favorito para ver el espectáculo es en la caída de agua. Foto: Especial.

Algunas personas recuerdan que hace muchos años los más valientes ofrecían una demostración de sus habilidades al echarse clavados desde la Atalaya. Pero se canceló por seguridad de los clavadistas. 

Guanajuato es un municipio donde tenemos las tradiciones muy arraigadas y que año con año estamos orgullosos de celebrarlas…Esta tradición es de las más bonitas yo creo para todos por la postal y la fotografía que queda”, declaró Daniel Gutiérrez Meave, director de Desarrollo Turístico y Económico. 

Otra de las costumbres que ya no se realizan y que no es tan alegre, es que se colocaban a los presos en las compuertas, luego se abrían para que el agua fuera la jueza final de su destino, se dice que quienes sobrevivían al desafío, conseguían la libertad, quienes no,  encontraban su destino en el Río Guanajuato.

“Lo mejor es estar allá abajo en la compuerta todo mojado uno viendo, pero bien feliz de ver el agua caer con la música instrumental de fondo. Yo estaba muy chica aunque sí me tocaron todavía los clavados…Lo dejaron de hacer porque el agua estaba muy sucia y si se lanzaban ya no salían”, relató  Alejandra Marisela García, comerciante de la Presa de la Olla. 

Además de tradición, una fuente de ingresos

Pero la apertura de la Presa de la Olla no solamente se trata de ir a ver la caída del agua, sino que también los cuevanenses aprovechan para disfrutar de antojitos típicos como enchiladas mineras, gorditas de nata, frituras o fruta preparadas, mariscos, tacos y muchas otras cosas más. 

Incluso hay vendedores que ofrecen productos de todo tipo y que también las personas no resisten a llevarse. El director de Fiscalización, Gustavo Bück González, informó que este año se instalarán 94 puestos provenientes de la capital y municipios aledaños. 

El día lunes se van a estar colocando alrededor de 94 puestos, son menos que el día de San Juan. Se colocan el domingo en la noche y se retiran el lunes en la tarde noche. Hay gente de Guanajuato, de León, de Silao y de Irapuato”, comentó Bück González.

Ver la caída de agua en la Presa de la Olla es un gran atractivo para la población. Foto: Especial.

Ver la caída de agua en la Presa de la Olla es un gran atractivo para la población. Foto: Especial.

Ver la caída de agua en la Presa de la Olla es un gran atractivo para la población. Foto: Especial.

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