Los celayenses fueron testigos del trabajo fílmico realizado bajo la dirección de Antonio Aguilar y con el talento de un equipo de jóvenes que mostraron su profesionalismo en el proyecto “Ensayos sobre videoperformance en el arte fílmico experimental mexicano”, proyectado en el Teatro de la Ciudad.
En el evento que inició a partir de las 7:30 de la tarde y tuvo duración de dos horas se presentaron los cortometrajes musicalizados por Octavio Contreras y Chimal Umbra, titulados “Omeyocán”, “Izmictlán” y en su estreno “El perro”, mismos que estuvieron acompañados de tres performance presentados en vivo.
Antonio Vera e Iván Castro, quienes fungieron como maestros de ceremonia, dieron paso a la presentación de “Omeyocán”, con el inicio de la vida y el amor, proyecto protagonizado por Esther García y Adrián Vorfreude.
El segundo performance se tituló “Vida y muerte” y estuvo a cargo de las actrices Elizabeth Quintero e Ivanna Tovar, en él se exploró a profundidad la concepción de la vida y la muerte desde el pensamiento mexica.
Y finalmente, para el estreno de “El Perro”, el maestro Octavio Contreras musicalizó en vivo el soundtrack original del cortometraje, deleitando al público con su interpretación en el piano.
El último performance presentado se basó en el guion original del cortometraje protagonizado por Adrián Vorfreude como el perro y Karen Miranda como la muerte, el cual expone el arte que se hace desde la revolución, la resiliencia y la pasión.
‘El Perro’ nos enseña a ser fieles a nuestras convicciones, a ser compasivos con nuestro ser y sobre todo a descubrir el sentido de la vida”, detalló el director y agregó, “el secreto es encontrar y coincidir con personas que siguen esos sueños y metas”.
Además externó su agradecimiento a todos quienes los han acompañado durante la realización de estos proyectos.
“Al público, familiares, amigos, colegas, amores, maestros y compañeros que nos han acompañado en este increíble viaje, gracias por motivarnos a seguir creando, a seguir construyendo, a seguir luchando por esos sueños que muchas veces somos solo niños jugando”, expresó Antonio Aguilar.
Finalmente destacó que las máscaras fueron el plato fuerte de la noche, ya que en todos los proyectos artísticos estuvieron presentes, pues con este elemento se representó el realismo mágico mexicano y el surrealismo que forman parte de la investigación de estos ensayos.