Los sonidos y rituales de la diversa cultura africana resonaron en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas con la voz y baile de Doet Gnahoré, durante el primer domingo del Festival Internacional Cervantino (FIC) en su edición 52.
Al tocar con gran ritmo la Conga, combinado con los sonidos potentes emanados de la batería, la guitarras y el bajo, Doet hizo vibrar los corazones de los espectadores. Aunque los asistentes no entendían muy bien lo que decía la artista, no dudaron en bailar al ritmo de las contagiosas melodías.
El espectáculo desplegó sonidos diversos y fue de lo tradicional a lo contemporáneo mostrando un recorrido por las tradiciones y lenguas de distintas regiones de África en voz de Gnahoré, quien presentó varias de las canciones que integran su más reciente material discográfico.
El álbum “Zouzou” (2024), está dedicado “a la juventud que definirá el futuro de África” y a la escena creativa de Abiyán, su ciudad natal y uno de los focos artísticos más propositivos del continente.
Gnahoré es una de las artistas más fecundas de la música contemporánea africana; se ha ganado al público en distintos escenarios a nivel internacional y, desde luego, al público Cervantino que se le entregó gracias a su estilo nutrido por la rumba congolesa, melodías mandingas, bikutsi camerunés, coros zulúes, highlife de Ghana, entre otros ritmos populares del occidente de África.
Su sonido se describiría como amable, contagioso y algo melancólico, lo que cautivó a los cientos de almas que disfrutaron su presentación en el escenario más importante de la Fiesta del Espíritu.
Cabe destacar que la artista canta en una amplia variedad de lenguas: bété, fon, baoule, lingala, malinke, mina y bambara, canto que conjuga con su dinámico baile.
El escenario y público cervantino fueron conquistados por la voz, los movimientos y cada una de las interpretaciones de Dobet Gnahoré, que son de su autoría, con las que puso a bailar al público que merecidamente la ovacionó.
La presencia de Doet Gnahoré en el FIC demostró el gran talento que posee, mismo que le ha valido para consolidarse como todo un referente artístico y ser considerada en su país como la embajadora de su cultura.