La máquina de vapor que transportaba regalos y osos polares fue uno de los atractivos del desfile. Foto: Gerardo García

Olvidando la decepción del año pasado, miles de leoneses decidieron darle una segunda oportunidad a la Caravana Coca-Cola y desde muy temprano ocuparon su lugar a lo largo del Boulevard Adolfo López Mateos en León, Guanajuato.

El espectáculo de este año se conformó por 8 plataformas, 8 carros de arrastre, un toluco y 9 comparsas, buscando dar un espectáculo mayor.

Figuras luminosas y motivos navideños acompañaban cada una de las comparsas y de los carros alegóricos. Foto: Gerardo García.

El ambiente festivo se sentía a todo lo largo del recorrido, pues los vendedores no tardaron en aparecer con gorros, diademas y adornos luminosos para que los espectadores se pusieran en ambiente con el espectáculo navideño.

La Caravana partió del Parque Hidalgo en dirección hacia el Boulevard Vasco de Quiroga, junto al área de juegos mecánicos de la Feria.

Emoción, ilusión y alegría mostraban los rostros de los espectado-
res durante el recorrido de la caravana. Foto: Gerardo García.

Partiendo puntual, a las 7 de la noche, el desfile estuvo encabezado por un dirigible blanco seguido de una primera comparsa de duendes bailarines.

Entre la primera comparsa y la segunda había al menos una cuadra de distancia, provocando que el inicio fuera un poco lento, pero una vez superada esa parte del desfile, comenzó a ser más fluido.

Los osos polares fueron de los atractivos principales de la Caravana Coca-Cola. Foto: Gerardo García.

Detrás de la segunda comparsa venía el colosal “Toluco”, una pantalla gigante en la que se iba proyectando a la gente que miraba el desfile, haciéndola partícipe del recorrido. Este fue el auto más grande, ya que era un trailer el que transportaba la pantalla.

Detrás continuaron los bailes de los duendes, que jugaban con aros, copos de nieve, esferas y más elementos iluminados, todos adornados con grandes sonrisas de los artistas quienes no dejaron de saludar a cuanto niño agitaba la mano con alegría.

En punto de las 7 de la noche inició el esperado espectáculo por las calles de León. Foto: Gerardo García.

Alternados con las comparsas venían carros iluminados, donde los protagonistas eran los Osos Polares que lanzaban besos, formaban corazones con sus manos y bailaban para los asistentes.

El gran final fue, al igual que el año pasado, el enorme trineo de Santa Claus, quien decidió venir del Polo Norte a darle una visita rápida a los pequeños para comenzar a contagiar la esperanza de la Navidad.

Fueron ocho plataformas e igual número de carros de arras-
tre y comparsas, las que conformaron el desfile. Foto: Gerardo García.

Notablemente más completo que el del año pasado y con nuevos elementos, el desfile arrancó un extenso aplauso a quienes disfrutaban de la música, la atracción de los múltiples personajes y los luminosos adornos navideños.

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