Según estimaciones poblacionales, se espera que para 2050, 70 de cada 100 personas vivan en la ciudad. El reto para entonces, no solo será alojar a tantas personas, sino hacerlo de forma sustentable y habitable.
Tal vez por eso, en los últimos años, las ciudades verdes han emergido con renovada potencia, para mitigar no solo las altas temperaturas, sino también el ruido, mejorar la calidad del aire y dignificar el espacio urbano.
Una ciudad verde empieza muchas veces, con un vivero.
En León, desde hace 39 años Viveros GDV es una empresa que se ha dedicado a diseñar entornos naturales para reverdecer los centros urbanos. Integrando la naturaleza en las ciudades a través de jardines y muros verticales para conectarse con las personas ya sea en la calle, la vivienda, centros comerciales o recreativos, generando entornos más amenos, frescos y disfrutables.
Esta empresa, con un amplio potencial mercantil y una trayectoria de proyectos destacados entre los que podemos mencionar el cuidado de la cancha del Nou Camp del club León, o los paisajes diseñados para residenciales como Misión La Cañada y Privada Castilla, tiene todo el potencial para cumplir su sueño y crear valor a través de espacios verdes en diferentes ciudades del país.
Pero para crecer, se necesita liquidez, y es en este punto donde Mauricio y Premo, se conectan. Con un crédito revolvente que le permite a Viveros GDV contar con la liquidez necesaria para realizar sus proyectos. De esta forma, el negocio no para, y consolidarse regionalmente como el vivero más grande, es cuestión de tiempo.
En Premo compartimos el mismo sueño que Mauricio y seguramente que de muchos más, un Bajío más verde.