León, Guanajuato.- Entre los países de América Latina, México tiene uno de los porcentajes más altos de ocupaciones que están en riesgo de automatizarse en los próximos años.
Actividades rutinarias como conductores de vehículos y operadores de equipos móviles, limpiadores y asistentes, peones agropecuarios, pesqueros y forestales, entre otras, son más susceptibles de desaparecer.
“Muchas industrias avanzan más rápido, como la automotriz, donde por muy poca diferencia en precio ganas o no una oferta y toda la cadena de proveeduría automotriz está entrando en esta dinámica.
“Vemos fábricas muy automatizadas, porque los principales puestos de trabajo que evolucionarán son repetitivos y monótonos, como los procesos de fabricación y ensamble”, dijo Nanghelly Silva, presidenta de la Comisión de Innovación del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El grado de automatización depende del sector de la economía, añadió, ya que a diferencia del automotor, el agro tiene un rezago de 30 años en la adopción de tecnología.
México registra 55% de los puestos laborales que podrían automatizarse contra el promedio de 50% en América Latina, según un estudio del Banco Mundial (BM) que analiza la situación de las ocupaciones.
En tanto, Argentina y Uruguay tienen menos trabajadores empleados en esas actividades.
“Ecuador, Honduras, México y El Salvador parecen tener más trabajadores empleados en ocupaciones con más probabilidades de ser automatizadas.
“En el otro extremo, Argentina, Chile y Panamá parecen tener apenas menos puestos de trabajo en riesgo”, según el estudio “Efecto viral: el COVID 19 y la transformación acelerada del empleo en América Latina y El Caribe”, del BM.
Los puestos de trabajo en riesgo de desaparecer por la automatización tienen que ver con los que desarrollan trabajadores con un menor nivel educativo, que implican tareas manuales y rutinarias, así como menor salario.
En contraste, aquellos trabajadores con más herramientas o un nivel educativo más alto tienden a laborar en ocupaciones de mayor intensidad cognitiva y analíticas, así como interacciones sociales complejas, como trabajo en equipo, negociación y resolución creativa de problemas.
No obstante, así como se pueden perder posiciones, se crean nuevos perfiles profesionales.
“Vemos la aparición de profesiones que no existían, hay un déficit de profesiones que tienen que ver con la ciencia de datos, Inteligencia Artificial, desarrollo digital” señaló Nanghelly Silva.
Mónica Flores, presidenta de ManpowerGroup para Latinoamérica, aseguró que se debe hablar de reconversión de habilidades y fomentar la certificación de ciertas competencias de manera rápida para cubrir el déficit de talento que reportan las empresas.
“Los empleadores están dispuestos a pagar hasta 20 por ciento más de su tabulador si esa persona tiene las competencias que busca y que tanto trabajo le cuesta encontrar”, consideró Flores.
La OIT retomó un índice donde posiciones menos rutinarias son las de directores ejecutivos, personal directivo de la administración pública, miembros del Poder Ejecutivo y legisladores.
SM