León, Guanajuato.- Los productores mexicanos no solo se enfrentan a la mayor sequía en más de 60 años, sino que también registran la mayor escasez de financiamiento para enfrentar estos retos.
En medio de un reporte de sequías que, de acuerdo con datos de Conagua, afecta al 75 % del territorio nacional, los agricultores vieron como los recursos etiquetados en el presupuesto de la Secretaría de Agricultura para tecnificación prácticamente desaparecieron.
Al mismo tiempo vieron cómo organismos que ofrecían créditos para las actividades como riego por goteo, desaparecieron, como fue el caso de Financiera Nacional de Desarrollo (FND).
Rogelio García-Morero, vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario comentó que prácticamente los productores no cuentan con mecanismos que les permitan la manera de hacer frente a la falta de agua.
Al tiempo que se gestaba la sequía más severa desde 1957, se cerró Financiera Rural, por lo que todos los recursos disponibles se canalizaron a la siembra y pago de trabajadores, por lo que ni siquiera se cuentan con seguros para respaldar las cosechas en estos momentos tan complicados.
“Esas fuentes de financiamiento disponibles no son totalmente completas para las necesidades de un productor.
Si vemos la estadística del seguro agrícola, cada vez es menos la gente que se asegura, porque la fuente de financiamiento a lo mejor no les alcanza”, explicó.
Y recortan apoyos
Hasta 2019, el Presupuesto de la Secretaría de Agricultura incluía la asignación exclusiva de recursos para el Programa de Fomento a la Agricultura, que contemplaba la eficiencia técnica y fomentaba la productividad por medio del riego.
Para este año, se asignaron menos recursos para un solo programa que incluye actividades agrícolas, ganaderas y pesqueras.
Ya tenemos cuatro ciclos agrícolas que no tenemos ningún programa, ni absolutamente nada”, consideró el directivo.
El también representante de productore tamaulipecos alertó que la falta de recursos supone un reto mayúsculo para la siembra del ciclo otoño-invierno, que se encuentra vigente y cuyas cosechas se espera que los productores concreten para el próximo año, a partir de mayo.
Si bien los granos como maíz, trigo y sorgo fueron los primeros que mostraron impacto en sus cosechas por la falta de agua, en opinión de García-Moreno, solo alcanzaron ligeros impactos de la sequía actual.
La situación podría complicarse después.
Es muy difícil calcular ahorita de qué tamaño va a ser la merma, porque están en proceso de cosecha, pero sí hay un inminente daño, golpe muy fuerte al volumen para el ciclo primavera verano”, alertó el vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario.
Para el productor de sorgo, la falta de recursos para enfrentar las sequía ya sea por no contar con seguros, por la merma en las cosechas o no tener financiamiento para tecnificar los procesos, adquiere una particular relevancia en un país considerado el doceavo productor de alimentos y el séptimo exportador, al tiempo de que se requiere también superar el reto de alimentar a 130 millones de mexicanos.
› Y preocupa la pobreza de los campesinos
La falta de rentabilidad de la producción agrícola podría aumentar la pobreza que viven los campesinos mexicanos, consideró el
presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), Luis Eduardo González Cepeda.
En el segundo trimestre del 2023 poco más del 50% de la población rural registró ingresos laborales que no le alcanzan para comprar una canasta básica alimentaria.
La pobreza laboral en el campo aumentó de abril a junio de 49.6 % a 50.2%, mientras que en las zonas urbanas se mantuvieron relativamente estables de 34% a 33.9%.
Afirmó que el fantasma del hambre se extiende en el campo y no por el Día de Muertos, sino porque por la caída de ingresos los campesinos no pueden comprar los alimentos que cada día suben más de precio, además de que por la falta de implementación de nuevas tecnologías tienen baja productividad.
Por todo ello “puede haber una situación mucho más crítica de la que existe en este momento en el sector rural y los productores del campo están desesperados por la falta de apoyo en materia de precios de garantía, créditos y apoyos e incentivos dirigidos.
SM