León, Guanajuato.- El emprendimiento le ha permitido a Fátima Guadalupe Mancera Ramírez, dar batalla a la enfermedad y al desempleo.
Hace 10 años fue despedida de su trabajo al ser diagnosticada con insuficiencia renal; invirtió el dinero de su finiquito en la venta de cartuchos para impresoras, que con el tiempo se transformó en papelería y ventanilla de impresión de documentos para trámites.
En el primer trimestre del 2024 aumentó en Guanajuato 13 % el número de mujeres que trabajan por su cuenta al frente de un negocio, son 32 mil 808 trabajadoras independientes más respecto al mismo periodo del año pasado.
De enero a marzo de este año, en la entidad 280 mil 49 mujeres formaban parte del emprendimiento.
Esta cifra significó un aumento respecto a las 247 mil 241 mujeres que estaban trabajando de forma independiente en el primer trimestre del 2023.
En el estado, en el primer trimestre de 2024 el mayor porcentaje de mujeres emprendedoras se ubica en la formación media y superior, con 35 %.
Del total de las 280 mil 49 emprendedoras, 100 mil 451 tienen estudios universitarios.
Las mujeres de 50 a 59 años, es decir 68 mil 946, corresponden al 24 % de las personas emprendedoras en la entidad.
Aprovecha experiencia
Fátima Guadalupe Mancera Ramírez tiene 43 años, y tiene formación en bachillerato con perfil de contabilidad.
Su experiencia laboral ha sido basta, comenzó a trabajar a los 17 años, pasando por la promoción de Seguros y venta de productos químicos y de refacciones.
Su último empleo estaba relacionado con la industria de la refrigeración, colaboró para una firma a nivel nacional proveedora de Femsa; allí permaneció una década, hasta el 2015, y en ese tiempo escaló posiciones hasta una asistencia en la supervisión regional.
Sin embargo, su puesto fue eliminado; en ese momento no pudieron despedirla porque estaba embarazada de su segundo hijo.
Durante el embarazo Fátima fue diagnosticada con insuficiencia renal y dos años después fue despedida, eso sí, con un finiquito superior al de ley.
Mancera Ramírez detalló que su condición de salud no la limita para trabajar, pero sí para estar en la iniciativa privada por los permisos que necesita para las consultas, ya que debe estar en una constante vigilancia médica.
Después de que la empresa me liquidó, tengo que emprender porque ya no me dan trabajo”, platicó. Añadió que dos de sus hermanos se dedican a la comercialización de cartuchos y la motivaron a emprender, para poder dedicarse a sus hijos y a atender su salud, ya que su trabajo era altamente demandante.
Explicó que actualmente está en etapa cinco con uno de sus riñones trabajando al 12 %, por diez años ha estado controlada siguiendo una dieta estricta. La realidad es que está en la línea final antes de un trasplante, una de sus hermanas será su donante,
un proceso que puede tomar dos años más.
Avanza, y llega la pandemia
Cuando la pandemia del COVID-19 inició, Fátima Guadalupe Mancera Ramírez tenía un negocio establecido y funcionando en papelería y venta de cartuchos.
Tener un negocio es de paciencia y constancia, no es de la noche a la mañana”, dijo, y cuando su papelería comenzaba a despegar llegó la pandemia de Covid y afectó la actividad de los negocios.
Y fue volver a empezar, tuvo que ingeniárselas para mantenerse activa, aprovechó las tareas de casa, imprimía trabajos escolares, fue la manera en la que pudo sobrellevar esta situación.
A la mala racha contribuyó que le pidieron desocupar el local que había ocupado por cuatro años, por lo que tuvo que mudarse y comenzar de nuevo.
Así pasa, te caes y te levantas, y a apechugar para no tirar la toalla”.
Fátima Mancera detalló que planea convertirse en proveedora mayorista para empresas, escuelas y otros negocios de papelerías, además de vender cartuchos a domicilio.
La emprendedora forma parte de 10 mil Mujeres por México, asociación de mujeres empresarias y emprendedoras.
SM