Este 8 de marzo, cientos de mujeres se reunieron en el primer cuadro de la ciudad de León y recorrieron las calles exigiendo justicia y equidad en la marcha por el Día Internacional de la Mujer.
Entre ellas, se encontraban madres de familia con sus hijas e hijos y hermanas mayores quienes los llevaron a la marcha pues consideran importante educarlos con valores de equidad de género desde la infancia.
Tal es el caso de Carolina, Valeria y Danaé Rodríguez, tres hermanas que se identifican con los valores feministas. A Carolina, la hermana mayor, le gusta compartir con las menores las enseñanzas que ella ha ido adquiriendo
“Que sepan que no todo lo que se nos enseñó y lo que se les enseñó a nuestros padres es la realidad. Nosotras tenemos que modificar esos patrones, los estereotipos y luchar porque a las mujeres se nos dé la importancia que tenemos; todas valemos lo mismo y tenemos las mismas capacidades, o más, que los hombres”, señaló.
Añadió que considera de suma importancia enseñar a sus hermanas que “debemos cuidarnos y apoyarnos entre todas; que estén preparadas para la vida real, porque no sabemos cuando salimos si nos pueda pasar algo”.
Asimismo, aseguró que la sororidad es una herramienta esencial “para apoyarnos entre nosotras y poder sobrevivir, sobre todo en un país como éste”. Finalmente, agregó que estuvieron presentes en la marcha también para exigir justicia por “todas nuestras hermanas que ya no están aquí”.
Valeria, con 20 años, es la segunda hermana. Ella comentó que, además de los valores feministas que le ha enseñado su hermana, también ha podido compartir estas experiencias con sus amigas; a decir de la joven, en su casa les han enseñado a cuidarse entre todas para salir adelante. Por ello, ha buscado crear lazos fuertes de apoyo con sus hermanas y amigas.
La más pequeña, Danaé de tan solo 9 años, se mostró emocionada de marchar de la mano de sus hermanas mayores; a su corta edad, confesó no sentirse segura de salir a las calles y por eso hizo un llamado a los hombres a que “dejen de chiflarnos y hacernos groserías y cosas malas cuando salimos a la calle porque queremos vivir seguras y felices”.
Empoderar a las hijas y enseñar a los hijos a respetar a las mujeres
María Rodríguez, entre lágrimas y rodeada por el abrazo solidario de su hija Jatziri Rodríguez, cantó con profundo sentimiento la Canción sin miedo de Vivir Quintana, que se ha vuelto un himno del movimiento feminista.
María llora y exige justicia por Eli, una amiga suya que fue asesinada por su marido y cuyo feminicidio aún sigue impune. Además porque a Jatziri “la lastimaron” pero no pudo denunciar “por miedo y falta de apoyo”.
Además de su hija, María también llevó a su hijo César Tadeo, de 8 años, a la marcha para inculcarle desde pequeño el respeto por las mujeres. “No quiero que él sea como su padre, como sus abuelos, como mis abuelos; él va a ser un hombre, pero no va a ser un hombre que violente a las mujeres“, resaltó.
Comentó que trata de educarlo con valores de equidad de género con información que vaya de acuerdo a su edad. De igual manera, subrayó la importancia de no solo empoderar a las hijas, sino fomentar en los hijos varones el respeto y la igualdad hacia las mujeres.
Por su parte, Jatziri de 19 años, se dijo feliz de poder compartir con su madre esta marcha por la justicia y la igualdad, así como de saber que no está sola. Refirió que su crecimiento al lado de una madre feminista “ha sido muy lindo”; “gracias a éso (al feminismo) ya no me dejo de nadie”, resaltó la joven.
Por último, María hizo un llamado a todas las madres:
“Que todas las madres eduquen a sus hijos diferente, con igualdad, para poder cambiar al mundo porque si seguimos con esas cadenas nunca se va a acabar el machismo ni tanto abuso contra las mujeres”.
Así como María, muchas madres acudieron con sus hijos e hijas; hubo quienes se sintieron libres de lactar en un entorno rodeado de sororidad y respeto por sus derechos.