León, Guanajuato.- Todo líder quiere una superestrella en su equipo de trabajo, porque un empleado de este tipo puede ofrecer el doble o el triple de rendimiento que uno promedio, apunta The Wall Street Journal.

Señala que estos trabajadores tienen el potencial de cambiar por sí solos la suerte de una empresa, pero la promesa de grandes resultados tiene un precio.

Por eso, anota, cuando los jefes cortejan a las superestrellas, inevitablemente les atormenta una pregunta: ¿Vale la pena la superestrella?

Para el Journal la respuesta es sí, pero sólo si los líderes entienden que el tipo de valor que las superestrellas aportan a la empresa cambia a medida que evoluciona la carrera de la estrella.

Desde el principio, las estrellas crean un valor enorme a través de su producción individual. 

A medida que envejecen, las estrellas pueden volverse menos productivas como individuos, pero a menudo pueden compensar esa pérdida convirtiéndose en grandes colaboradores, asesorando a trabajadores más jóvenes y ayudando a los equipos a tener
éxito.

Por eso, indica el diario, para sacarle el máximo partido a las estrellas, las empresas deben gestionarlas correctamente.

La fórmula que plantes es dándoles opciones e incentivos a lo largo de su carrera, con el objetivo de que aprovechen sus puntos
fuertes en ese momento concreto.

Así, el Journal aconseja no motivar y recompensar a un viejo mentor sabio de la misma manera en que se hace con un recién llegado lleno de energía e ideas, pues ellos se encuentran en distintos momentos y su utilidad es distinta también para los intereses de la empresa.

SM 

 

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