En los últimos meses, el idílico romance entre Miley Cyrus y Liam Hemsworth parece haber perdido intensidad, hasta el punto de que la pareja podría haber pospuesto sus planes de boda hasta que ambos resuelvan algunas diferencias.
Una de las causas que podrían haber desencadenado la crisis en su relación serían los rumores de infidelidad que rodean al hermano pequeño de Chris Hemsworth, unas habladurías que habrían afectado tanto a la exniña Disney, que ahora prefiere no comentar con sus allegados la deteriorada relación que le uniría al australiano.
“Miley ha dejado de hablar con sus amigos sobre su compromiso matrimonial, ni siquiera menciona a su pareja en las distendidas conversaciones que mantiene con su círculo cercano. Parece que ha perdido el entusiasmo y el optimismo que la caracterizaban cuando lucía orgullosa su anillo de prometida, un tiempo en el que no paraba de hacer referencia a Liam delante de sus amigos. Ahora prefiere charlar sobre otros temas, y evita con ingenio todo tipo de preguntas sobre su vida sentimental”, reveló una fuente cercana a la artista al portal HollywoodLife.com.
Sin embargo, hay otra serie de factores profesionales que podrían haber motivado el retraso del esperado enlace entre los ídolos juveniles, principalmente la presión a la que se habrían visto sometidos por sus agentes para que se concentraran en sus compromisos laborales. Según los representantes de ambos intérpretes, el excesivo interés mediático que genera su inestable relación y los primeros preparativos de un enlace que había absorbido por completo su tiempo han desviado la atención de las estrellas de sus apretadas agendas profesionales.
“No es que hayan cancelado la ceremonia, Miley y Liam solo quieren darse algo más de tiempo porque necesitan concentrarse por un momento en la gran carga de trabajo que acumulan. Sus representantes les han aconsejado que no dediquen demasiado tiempo a sus planes de boda porque antes deben cumplir con sus obligaciones laborales. Miley y Liam son jóvenes y no necesitan apresurarse para formalizar su relación”, aseguró otra fuente cercana a la pareja.
Le despreocupa ser un sex symbol
A Miley no le interesa que la gente la admire por su belleza, ni que la reconozcan por posar en revistas de desnudos, porque lo que menos quiere es ser considerada un sex symbol.
“Una estrella es alguien que no tiene que quitarse la ropa para ser sexy porque, naturalmente, tiene el poder de las estrellas. El sexo no vende, tienes que encontrar un camino en el que no tengas que mostrar las tetas. No quiero ser una modelo glorificada. Simplemente caminar en el escenario”, declaró para la edición británica de la revista Elle.
Miley, de 20 años, recordó que durante sus días en la serie Hannah Montana nunca imaginó tener la fama que ahora ostenta.
“¡Yo era sólo una bebé! No tenía dientes, ni tetas, era una niña. Es una locura que una decisión que tomas cuando eres niña puede afectarte toda la vida. Fue sólo suerte de que yo fuera capaz de darle la vuelta a esto”, agregó.
La cantante aparece en la portada del número de junio de la publicación, a la venta en la Gran Bretaña a partir del primero de mayo.