Durante casi 40 años de carrera artística, Ana Gabriel ha sufrido varias crisis profesionales y personales que la han hecho pensar en dejarlo todo para ponerse a vender lo que ella llama su especialidad: sopas.
“¡Uy, m’hijo!, son varias las veces que he querido tirar la toalla y no volver a hacer esto, por temas personales, profesionales, a veces hasta por cansancio, y digo ‘mejor pongo un restaurante’, y como me encanta cocinar, y a mi familia y a mis amigos les gusta lo que hago, entonces, ¿por qué no hacerlo?
“Mi especialidad son las sopas: la de papa, por ejemplo, la sopa de fideo, que es más mexicana que el nopal, y la de albóndigas, ya no se diga, qué tal que fuera mi restaurante ‘Las Albóndigas de Ana Gabriel’. Y no me importaría que me criticaran en las revistas; si eso me hiciera feliz, lo haría”, dijo la sinaloense, en entrevista.
Y, de hecho, se imaginó un escenario que incluso considera probable.
“A veces pienso que hasta me iría muy bien con mi restaurante de sopas, porque qué tal que yo cocinando y la gente me escucha mientras le canto ‘Quién Como Tú’. Sería buen negocio, ¿no?”.
La cantautora, con más de 30 discos grabados y varios éxitos radiofónicos, aseguró estar más que satisfecha por su trayectoria, pese a que en sus inicios poca gente confió en su imagen, voz e incluso inspiración.
“Cuando grabé mis primeros discos, hay por ahí unas 5-6 canciones que tienen una voz que no soy yo, muy ladina, muy distinta. Me dijeron los productores y las disqueras que con esta voz, así, rasposa, aguardientosa, no iba a durar ni dos años, y qué bueno que los que sabían se equivocaron.
“Otro punto es mi ropa: soy muy mala para vestirme, no me interesa la moda, me pongo lo que me hace sentir cómoda, y para eso me han asesorado. Hubo un momento en que me llegaron con un montón de ropa de marca y decía yo que si iba a promover esa ropa, que si me iban a pagar, porque en ese caso mejor le bordaba mi nombre y me promovía yo, no a un diseñador”, recordó Ana Gabriel.
La intérprete de “Mar y Arena” contó que ahora que su hija adoptiva, Diana Alejandra, tiene 24 años, ya no imagina ni por error volver a desvelarse por cuidar a un bebé o cambiar pañales.
“La verdad es que a mi edad no creo adoptar. Volver a cambiar pañales, a desvelarme, a esa responsabilidad, ya no me gustaría. Apenas estoy saliendo con ella, porque está (buscando su independencia). Yo estoy muy feliz así, disfrutando a la familia y trabajando cuando se puede y cuando quiero”.
Lupita Araujo, que es su nombre de pila y como se dio a conocer al inicio, actuará este viernes 21 en el Auditorio Nacional y el 22 en Guadalajara. Con su gira por la República Mexicana presenta los CD+DVD Altos de Chavón, El Concierto y Un Mariachi en Altos de Chavón.

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