Para Omar Chaparro el ser padre es la carrera más compleja en la que día a día se prepara para ser mejor en todos los aspectos con sus tres hijos: Sofía, Emiliano y Andrea, quienes se han convertido en el mejor regalo que la vida le ha dado.
El comediante define el ser padre de familia como una carrera compleja, donde el aprendizaje es constante, donde los desafíos se presentan día a día de diferente manera, pero como todo también tiene su lado bueno, y según contó en entrevista telefónica, es la satisfacción más grande que puede haber, desde cosas muy sencillas como apreciar a sus hijos jugar en el jardín, son emociones que compensan los sacrificios que se te pueden presentar como papá.
“Lo más difícil de ser padre es poder darles el tiempo que se merecen, es muy complicado a veces compaginar la carrera que llevo de ausencias, de gira, shows, aquí, allá y no estar ahí como quisiera o como debería, esa es la parte complicada y lo más fácil es disfrutar ir al cine a ver películas, comer palomitas, poder apreciar y ser conscientes de que son un regalo de Dios y al mismo tiempo es una responsabilidad, es una misión, quizá la más grande que tenemos en la vida”, comentó Chaparro a AM.
Desde hace 11 años, el creador del personaje de ‘Licenciada Pamela Juanjo’ ejerce la carrera de papá, la noticia fue de sorpresa al tener 4 años y medio de noviazgo con su ahora esposa, Lucía Ruiz de la Peña, mejor conocida como “La Mojarrita”.
Al conocer esta nueva responsabilidad en su vida, sentimientos encontrados pasaron por su cabeza; emoción, incertidumbre, aventura, miedo. Cuando asimilaron la noticia lo tomaron como una bendición que los ayudó a darse cuenta que su destino era estar juntos.
El también conductor vive a diario experiencias nuevas que lo ayudan a ser mejor, siempre guiado por su compañera y esposa.
“Me acuerdo de mi primera hija Andrea, tengo tres: Sofía, de 3 años, Emiliano de 8 y Andrea de 11. Yo había tenido bastante trabajo cuando ella tenía un año, yo andaba en Grecia en la Olimpiadas haciendo la comedia con Eugenio Derbez, tenía un mes en Grecia sin verla, la extrañaba mucho, entonces cuando llegué de madruga entré a su recámara para ver cómo estaba, ver que estuviera bien, me acuerdo que le di un beso en la mejilla y dormida me contestó -Papi, qué bueno que ya llegaste, te extrañé mucho- pero estaba totalmente dormida, se rió y dijo eso, me derritió por completo”.
Pero así como diario se viven buenas experiencias también hay algunas que no lo son tanto, y que ahora se recuerdan como un hecho que en su momento fue difícil asimilar.
“En una ocasión me fui a una playa por Quintana Roo, fuimos a la playa y como que había huracán pero no se notaba mucho, agarramos dos lanchas: yo, mi esposa y mis hijos en otra y nos empezó a jalar la corriente y cuando menos pensé ya estábamos muy separados de la playa a pesar que no había muchas olas, pero nos empezamos a separar una lancha de otra, me aventé para que no se fueran y de esas veces que nadas y nadas y te cansas y en vez de avanzar estás más retirado, con los niños fue angustiante, no recuerdo cómo los alcancé y después de una hora de sufrimiento llegamos a la playa, fue muy feo en el momento”.
Para este Día del Padre, Omar Chaparro festejará en compañía de su familia con una comedia, para él el mejor regalo que le pueden hacer sus hijos es tener momentos de convivencia con ellos y su esposa, la simple acción de recostarlos, contarles un cuento y esperar a que duerman despidiéndolos con un beso de buenas noches, esos son los mejores regalos de la vida que puede tener el comediante.
A pesar de tener 11 años de experiencia en la carrera de padre, Omar Chaparro no se siente del todo preparado, ya que día a día se aprenden cosas nuevas.

Heredan hijos su personalidad

Omar Chaparro y su esposa “La Mojarrita” son tan unidos a sus niños, que tienen las mismas cualidades que sus padres; sin embargo, hay unas que son evidentes y que hacen que los niños se parezcan más a uno.
“Me parezco más a Andrea, la mayor. Es la más artística, tolerante y paciente. Pero las locuras e irreverencia es del loco pequeño (Emiliano). El genio escondido, mi parte más violenta, se la heredé a mi hija la chiquita (Sofía)”, explicó Chaparro.
Eso sí, el tener esas tres alegrías en su vida, ha hecho que modere algunas actividades riesgosas en las que antes no reflexionaba.
“Mi esencia aventurera no ha cambiado, sigo disfrutando las cuestiones de peligro, pero antes era mucho más osado. Andaba sin casco, me gustaba colgarme de los edificios por la gente que me veía y a partir de que soy papá casi no lo hago”, agregó.
El lugar favorito donde la familia Chaparro Ruiz convive es su casa, donde encuentran la diversión que necesitan en la intimidad.
“No es fácil salir a la calle. Disfruto más estar en la casa, donde tenemos la privacidad, estar en pijama, brincar en la cama, comer pizza, hacer hot cakes, eso me encanta”, comentó.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *