Amy Adams, quien interpreta a Luisa Lane en la nueva película de Superman, ha confesado a medios británicos que tuvo un ataque de falta de confianza tras alcanzar el éxito en Hollywood.
“Me ahogué, sentía una presión para convertirme de pronto en actriz de un nivel que no tenía la confianza para ser”, dijo la estrella de “El Hombre de Acero”.
Adams, de 38 años, mencionó que esa angustia se debía a su educación mormona, y alcanzó su punto más alto durante la ceremonia de los premios Óscar.
“Tuve una crisis existencial durante los Óscares, sentada al lado de Sean Penn y Meryl Streep y pensando, ‘¿Qué es lo que hago aquí? No pertenezco a este lugar”, relató.
Y es que Adams fue criada bajo las enseñanzas de la Iglesia Mormona, un mundo de diferencia con el glamour hollywoodense.
Los mormones tienen prohibido fumar, beber café, té, ingerir drogas y tener sexo antes del matrimonio.
Según el periódico The Sun, la familia de Adams tuvo que dejar la Iglesia Mormona cuando ella tenía 11 años, tras el divorcio de sus padres, pero mucha de esa educación permaneció en la actriz. 
“Incluso cuando salgo con amigos y enfiestamos en bares y clubes, me despierto al siguiente día un poco conflictuada por haberme divertido demasiado”, dijo Adams.

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