Imagine esta escena: el Domo de la Feria convertido en un cubo con capacidad para casi dos mil personas que al son de Café Tacvba regresaron el tiempo en homenaje al “Objeto antes llamado Disco”.
La gira El Objeto llegó a León la noche del sábado para mostrar el poder de reinvención de la banda de Satélite, quienes llevaron a sus seguidores por un escenario similar al de la grabación de un disco: sensorial, íntimo y con un intercambio de energías distinto al de otros shows presentados en el mismo escenario.
Desde las 8 de la noche una pequeña fila se mantuvo en orden, llegó el momento de entrar (cupo limitado) a las entrañas de un escenario montado en la cancha del Domo que en forma de cruz asimilaba la intimidad (incluso hasta el calor) de una carpa de circo.
Con tres entradas y poco después de las 9 de la noche una voz resonó: “Bienvenidos a este cubo, para disfrutar mejor el concepto les pedimos no fumar, pueden entrar y salir, les recomendamos no subir a las estructuras”.
Entre el parpadear de la robótica de luz, era el momento de arrancar con el show, nada parecido a aquel presentado el pasado mes de noviembre en el Rockampeonato Telcel del 2012, última vez que la banda vino a la ciudad.
Meme, Quique, Joselo y Rubén aparecieron para cantar “Pájaros” de su más famoso álbum Re. Eran las 9:18 de la noche y la euforia se desató entre el calor humano. “El aparato” y el agradecimiento hacia el público llegaron casi en automático:
“Buenas noches, muchas gracias por venir muchachos, estamos presentando nuestro último disco que se llama ‘El Objeto antes llamado disco’, quién sabe porqué se llama así, tal vez porque el disco ya murió, el CD ya murió, siguen muriendo los formatos, pero la relación con la música sigue intacta muchachos.
“Entonces por eso quisimos traer este escenario para no estar frente a ustedes, sino todos reunidos al son del espíritu de la música, que nos sigue alegrando la vida, todos vamos a poner esta noche los buenos deseos, el pensamiento para los amigos que ya se fueron, todo lo que queremos, ¡Encuérense muchachos!”, imperó Zopilote ante el desprendimiento de prendas por parte de la banda.
Las notas de “Ixtepec” engañaron a la audiencia, quien aún no daba crédito a la arquitectura del escenario en donde casi se les podía tocar, todo parecía parte de un “Sueño infinito” refrescado por las luces que asimilaban “El Río”. De repente del escenario ‘nació’ un árbol entre matices azuladas luces ambarinas y el destello de rayos láser, Rubén se paseó sobre las estructuras para estar entre sus seguidores.
“Seguir siendo”, “Tengo todo”, volvieron tal como lo hicieron en aquella tocada del 20-20 (veinte años, veinte conciertos) que la banda presentó en el Domo de la Feria en aquel 2009, para celebrar más de dos décadas de historia.
“Andamios”, producto de su nuevo disco, fue un llamado a no seguir las ideas de los intelectuales, los papás, los maestros ¡los rockeros!.
Luego siguieron “Trópico de cáncer” y “De este lado del camino”.
“Veo a muchos niños, ¡echen desmadre niños!, vamos a cantar unas rolitas nuevas, unas viejas”, dijo Rubén Albarrán como “El zopilote”, un corazón en forma de globo apareció en el escenario.
“Aviéntame” llevó a Meme al escenario y Rubén se transformó: se puso alas y un casco que asimilaba su mote para cantar ‘Zopilotes’.
El público no dejó de maravillarse ante el escenario, de los hombres con cascos de construcción que salían al escenario para arreglar algunos detalles técnicos.
Con “Agua” el escenario lloró por dentro, la espuma empapó a los asistentes, quienes decían: “¡poca madre el concierto!, ¡wow!”.
Tras un paso por la historia llegó la nueva “Olita del Altamar”, “Busco”, “Cierto o falso” y por el aire se vio un brassiere que aterrizó en el escenario. Como su nombre lo indica “Al final”, era de las últimas con las que la banda pondría fin a un camino casi insospechado por éxitos que rara vez se escuchan.
“Con esta rolita nos vamos a despedir, vamos a despedir la presentación, quiero mandar un mensajito a nuestra madre tierra porque estamos vivos, tenemos cuerpo”…sonó ‘Volcán’ de su último disco y con la cual muchas personas sintieron una especia de epifanía.
Poco a poco salieron del escenario Joselo, Quique, Meme y Rubén en una salida falsa, los gritos de ….¡Ole, ole, ole, Café, café,! ¡Otra, otra, otra! Unos más pedían por ‘El baile y el salón’, tarareando las notas ‘papa papa eo eoe, papa papa eo eoeooo’.
Las 11:06 la hora del regreso… Rubén con una camisa en contra de las corridas de toros y las rolas de “Aprovéchate de mí”, “Eres” y el olor del cubo cambió al de “Las Flores”, escenario para la propuesta de matrimonio de Jonathan Salvidar a su novia Benda González cuando Rubén hizo el llamado: “Aquí hay un compa que quiere decirle algo a su novia”.
Siguió “Chilanga banda” y el término parecía inminente: “Deseamos se la hayan pasado chingón, hemos besado ya esta noche. Demos las gracias al espíritu de la música que siempre provee que tengan un buen camino de regreso y que la música los acompañe”.
“El Baile y el salón” provocó que la caja se llenara del rico sabor del café, mientras Rubén bendijo al público, dejando a la mayoría satisfecho.

TABLA
AL DETALLE
-Inicio: 9:18, termino: 11:40 pm.
-El recorrido incluyó parte de sus discos “Re”, “Revés yo soy”, “El Objeto”, “Un viaje”.
-Lo innovador: el escenario convertido en un cubo en el que casi se podía sentir el calor del artista.
-Lo malo: el calor al interior que obligaba a algunos a salir y entrar para refrescarse.
-El momento: cuando Jonathan Saldivar le anotó un mensaje en su teléfono a Rubén el vocalista para que diera pie a la solicitud de matrimonio a Brenda González.
-El escenario: En forma de cruz con robótica inteligente, fue responsabilidad de Tiffy Germán, el arquitecto que trabaja en escenarios de grupos como Maná, Zoé (Unplugged) y la mayoría de artistas mexicanos.
-Lo nuevo: la interpretación de Joselo, guitarrista de la banda.
-Rubén se sentó en varias ocasiones en el escenario y con ello logró una interacción más cercana son su público.
-El cupo fue limitado, sólo 2 mil personas en un escenario con la capacidad para más de cinco mil personas.
-La Asociación Anima-naturalis y Plataforma Paz invitaron al público a pronunciarse contra las corridas de toros.
-Las que faltaron: “Ingrata”, “Cero y uno”, “Déjate caer”, “El Puñal”, las casi infaltables dentro de sus shows.
-Los fans de hueso colorado salieron más que satisfechos del concierto, que brindó un viaje por canciones que jamás habían tocado en show en vivo en la ciudad.
-El ambiente fue casi como la grabación de un disco, intimista y con el ambiente parecido al de un grupo que toca en un bar y está al alcance de todos.

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