Ricardo Piña ha estado rodeado de pieles, hormas y suelas casi desde que nació. Su padre comenzó con un pequeño taller de reparación de calzado y ahora él es el zapatero de cabecera de la compañía de teatro más activa de México.
Ha trabajado en una veintena de óperas y conoce a la perfección los pies de gente como María Félix, Arnold Schwarzenegger, Gloria Trevi, Madonna, Leonardo DiCaprio y Lady Gaga.
El mexicano de 67 años se especializa en realizar calzado a la medida, ya sea para cualquier cliente que llegue a su local o para las estrellas nacionales o internacionales que requieren un modelo específico para una obra, película o telenovela.
“Este siempre ha sido mi mundo”, dice, mientras señala los cientos de hormas y las máquinas que lo rodean en su taller.
El negocio lo comenzó su padre Miguel Piña, quien a finales de la década de los 30 abrió con su esposa, María Elena Legorreta, una reparadora de calzado sobre Calzada de Tlalpan.
Llegaron los hijos y la empresa se impregnó en la piel de los nueve descendientes Piña; martillos, suelas y pegamento se convirtieron en sus juguetes, hasta que la edad los hacía aptos para hacer entregas a domicilio o realizar labores simples de restauración.
“Nunca tuvimos sueldo, nos ponían a coser u otras cosas. Cuando acabábamos, mi papá nos ponía dinero en la bolsa, cinco, ocho pesos. Era mucho dinero para nosotros”.
En 1957, cuando Ricardo tenía 12 años, su padre comenzó a fabricar zapato borceguí para trabajadores de los Estudios Churubusco, y eso cambió la vida de la familia. Algunos actores y estrellas del momento comenzaron a llegar a su local.
Los Piña trabajaron en las cintas Viva María!, con Brigitte Bardot; Viento Negro, con David Reynoso, y en varias ocasiones con María Félix, de quien aún conserva la horma que le servía de base para sus modelos.
“La señora Félix era muy especial, tenía un piecito muy delgadito, calzaba como del 23, pero era muy delgado. Le hacíamos zapatilla, botín de agujeta, botas, algunas para las películas, otras para ella”.
Con la muerte de su padre, el 26 de mayo de 1968, su hermano mayor, Francisco, y él quedaron a cargo del negocio.
Uno de sus mejores clientes fue Manuel “El Loco Valdés”, quien les pidió que le regalaran los zapatos que le gustaban a cambio de anunciarlos en la televisión.
“En ese tiempo (1973) nunca podríamos haber pagado los spots que nos hizo (en El Show del Loco Valdés), así que pasaba, escogía zapatos y en la noche los enseñaba y decía que los hermanos Piña los hacían. Fue una locura, gracias a eso llegó mucha gente”.
De tener dos trabajadores, pasaron a 70 con otras dos sucursales, una en la Zona Rosa y otra en Tepito, pero estas cerraron tras la muerte de su hermano Francisco.
Dentro de las cintas en su historial, Ricardo Piña puede mencionar Conan, el Destructor, con Arnold Schwarzenegger; La Máscara del Zorro, de Antonio Banderas; Bandidas, con Salma Hayek; y Titanic, con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
“Para Titanic hicimos todos los zapatos que se usaron, entre 200 y 300 pares para toda la película. Nos trajeron el modelo para los camareros, el capitán y los actores. A muchos se les toman medidas, a los meros meros, a otros ya nada más nos dicen el número.
“DiCaprio usó unos tipo bostoniano blanco con negro. A ella se le hicieron unas zapatillas y zapato dorados y unos negros. Ella llevaba como cuatro pares, él sólo ese modelo, pero fueron varios porque los mojaba”.
Pese a haber estado frente a estrellas internacionales, Ricardo asegura haberse impresionado solamente con Gloria Trevi.
“La gente que la traía, por orden de Sergio Andrade, no dejaban que la tocara. Me iba a acercar y me pararon y dijeron que ellos le tomaban las medidas, les dije que si salían mal yo no me hacía responsable”.
Entonces Gloria intervino y permitió que Ricardo le tomara las medidas para su calzado en el filme Zapatos Viejos.
ASÍ LO DIJO
“A la gente le gusta mi trabajo, el detalle que ponemos en cada par y saber que lo hicimos especialmente para ellos. Eso es lo importante”
Ricardo Piña, zapatero