James Cameron estará en México este miércoles para ofrecer una conferencia dentro de TAG, un evento de tecnología, mercadotecnia y creatividad.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el cineasta (director de la película más taquillera de la historia, “Avatar” y de la segunda más taquillera de la historia, “Titanic”) adelanta tres lecciones que podrá aprender el público que asista a su conferencia.
Primera lección. Antes que perder dinero, es mejor matar a alguien… en una película.
Para dar esta lección, James Cameron mira su obra en Belfast: a la derecha, un museo de cinco pisos, a la izquierda un dique convertido en restaurante y al centro, buques que pasean a turistas en el río Lagan.
Cameron hizo todo esto, por cierto, sin mover un dedo.
Cuando filmó “Titanic”, el cineasta sembró el germen, sin saberlo, para la reconstrucción del astillero más grande y viejo de Irlanda del Norte. Es el astillero de Belfast, donde se construyeron unos 12 mil barcos incluyendo el Titanic pero que estaba abandonado. En 2010, el gobierno de Belfast lo convirtió en atracción turística teniendo como centro la película “Titanic”. Al ver este emporio, Cameron tiene claro el secreto de su éxito: la muerte de “Jack”, el personaje de Leonardo DiCaprio.
“Mucha gente me pregunta por qué no salvé a ‘Jack’ en el naufragio. Hay incluso un estudio supuestamente científico que dice que se podía haber salvado. No es cierto”, dice el cineasta.
Esa misma gente le ha confesado que llora cada vez que ve a “Jack”, congelado, hundirse en el océano.
“Entonces les digo en broma: tiene razón, espéreme; voy a hablar con William Shakespeare para pedirle que en su tragedias tampoco no mueran sus personajes. Hablado ya seriamente, ‘Titanic’ se trataba de eso, de una tragedia, de honrar a los héroes de esa historia. En el caso de ‘Jack’, su lección es de las más valiosas. Quizá podían haberse ahorrado algunas lágrimas de espectadores pero entonces no habría tenido tanto éxito”.
Segunda lección. Hay que enseñar a los amigos a usar la tecnología, sobre todo si el amigo se llama Guillermo del Toro. James Cameron cuenta que varias veces intercambió correos para ayudar a Guillermo del Toro a resolver cuestiones técnicas de “Titanes del pacífico”.
“Es un favor que le debía porque él me ayudó en el desarrollo de ‘Avatar'”.
Tercera lección. Hay que saber perder un Oscar. Cameron también sabe de fracasos: el 27 de febrero de 2010 lloró por los pasillos del Kodak Theater. Esa noche perdió el Oscar a mejor director ante Katrhyne Bigelow, con quien estuvo casado en la década de los noventa y que se convirtió en la primera mujer en ganar Oscar a Mejor Director por la cinta “Zona de Miedo”.
¿Qué se hace cuando se pierde un premio Oscar?
“Llorar en los pasillos. Sólo me aseguré de que no me grabaran”, bromea.
Se debió consolar al saber que la película por la que perdió (“Avatar”) es la más taquillera de la historia…
“No. Hablando ya seriamente, fue una competencia justa y Bigelow se lo merecía. Esa noche no importó el Oscar sino que hizo historia como la primer mujer en ganarlo como directora”, finalizó.
James Cameron adelanta lecciones
James Cameron estará en México este miércoles para ofrecer una conferencia dentro de TAG.