El 3D en el cine perdió su esencia cuando los estudios lo comenzaron a ver como un imán de dinero y no como una herramienta narrativa, señaló James Cameron, director de Avatar y Titanic, las dos películas más exitosas de la historia.
“Cuando hicimos Avatar (en 2009), buscábamos que la mayor gente posible quisiera rodar en 3D.
“El problema que veo ahora es que, en vez de ser un proceso conducido por los directores, el 3D se ha convertido en un proceso de los estudios para hacer dinero”, lamentó el canadiense en su conferencia magistral ayer en el festival de tecnología y entretenimiento TagDF.
Resaltó que los estudios imponen el 3D a directores que no quieren filmar en ese formato y que también han forzado conversiones de cintas 2D al 3D en la postproducción.
Pero también citó películas que sí han dignificado a las tres dimensiones: La Invención de Hugo Cabret, de Martin Scorsese; Una Aventura Extraordinaria, de Ang Lee; y Gravity, de Alfonso Cuarón.
Éste último, por cierto, fue quien moderó la charla que tuvo el cineasta de 58 años ante unas 3 mil 200 personas en el Centro Banamex.
“Creo que el 3D debe ser controlado por el director, porque (en otros casos) la calidad no siempre esta allí. Cuando nosotros convertimos Titanic al 3D nos gastamos 18 millones de dólares y nos tardamos año y medio haciéndolo”.
Durante la charla, que duró poco más de una hora, Cameron pidió al público que no espere una revolución visual en las secuelas de Avatar en las que está trabajando.
“No será así, no vamos a inventar un nuevo 3D o un nuevo sistema de captura de movimiento, sólo vamos a mejorarlos para crear una mejor experiencia”, comentó el ganador del Óscar a Mejor Director.
Aunque se le conoce como uno de los visionarios del cine, Cameron, cuyas películas han hecho más de 6 mil millones de dólares en taquilla, señaló que la tecnología no lo es todo en el séptimo arte y auguró que jamás lo será.
“Lo que necesitas (para una buena película) son actores, una cámara y un buen equipo de trabajo, y eso no ha cambiado en 100 años”.
Su plática con Cuarón estuvo plagada de momentos de humor, como cuando ambos atribuyeron sus canas a los proyectos tan arriesgados en los que se han involucrado.
En otro momento, el ego del autor de Terminator salió a relucir. Cuarón le comentó que su hija de 10 años acaba de ver Titanic y le dijo que le pareció una obra “casi perfecta”.
“Quisiera saber qué quiso decir con ‘casi’. Voy a tener que platicar con ella seriamente”, respondió Cameron, provocando las risas.
En el segmento de preguntas del público, un chico le pidió que le firmara una película, pero le negó la rúbrica comentando que eso generaría el desorden entre otros admiradores.
Cameron relató sus inicios en el cine bajo las órdenes de Roger Corman, sus ideas para realizar Terminator y cómo ver en 1977 La Guerra de las Galaxias le cambió la vida.
“Yo quería hacer eso, tenía imágenes en mi cabeza de mundos por años y cuando las vi en pantalla supe que podían ser reales”.
El realizador deslizó detalles del que será uno de sus siguientes proyectos, Battle Angel, una ciencia ficción ubicada en el siglo 26 con una cyborg como protagonista.
“Es (una reflexión) sobre lo que tendremos de humanos un algunos siglos más”.
Dice James Cameron que corrompen al 3D
Por más que la tecnología haya crecido a pasos colosales, la esencia del cine, lo importante de las películas, no ha mutado ni un ápice.