Un raro portafolio de la última sesión fotográfica de Marilyn Monroe será rematado al mejor postor.
La casa de subastas Freem, de Filadelfia, calcula que el portafolio de 10 fotos tomadas por el fotógrafo de modas Bert Stern y sacado de sus negativos originales del trabajo que realizó en junio de 1962 para la revista Vogue, podría alcanzar entre 10.000 y 15.000 dólares cuando sea subastado el 10 de septiembre.
Las fotos serán mostradas al público a partir del 6 de septiembre, dijo Aimee Pflieger, directora de la división fotográfica de la casa rematadora, fundada hace un siglo.
Stern, que murió en junio a los 83 años, tomó más de 2.500 fotos de la estrella de Hollywood a lo largo de tres días en el Hotel Bel-Air de Los Ángeles. El portafolio de 50 x 50 centímetros está integrado por instantáneas captadas el primer día, cuando Stern y Monroe estaban solos antes de que llegara un grupo de empleados de Vogue, y transmiten una sensación de espontaneidad y aire juguetón que las separa del resto.
“Trajo un tocadiscos, altavoces y tres cajas de champán”, dijo Pflieger. “La sensación que uno experimenta de las fotos es que lo pasaron muy bien”.
Seis semanas después de la sesión con Stern, la actriz de 36 años fue encontrada muerta en su casa el 5 de agosto, tras una aparente intoxicación con fármacos. Medio siglo después, sigue siendo uno de los símbolos más sexys del siglo XX.
Las fotos de Stern fueron una sensación, en parte por ser tomadas poco antes de la muerte de Monroe y en parte porque incluyeron las primeras instantáneas de Monroe desnuda desde 1949. Muchas de ellas muestran a la diva posando con bufandas transparentes, flores de papel y perlas bajo una luz natural brillante pero difusa que da a las fotos un carácter de ensueño.
“Era bella e intocada”, dijo Stern. “Era como si acabara de comenzar”.
Con frecuencia estas fotos de Monroe son descritas como si emanaran una sensación de peligro y desesperación, pero Pflieger no lo ve así.
“Proyectamos nuestros propios pensamientos en ellas cuando las vemos”, agregó. “Para mí, son suaves, bellas, imagines sin entorno congestionado solamente llenas de luz. Comunican una verdadera sensación de su personalidad y estilo juguetón”.
Otras fotos de Monroe serán rematadas el mismo día, incluyendo más de la colección personal del propietario del portafolio, que según la casa rematadora desea conservar el anonimato.

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