De cualquier forma le encanta la reacción que ha generado su sórdido personaje en “Lovelace”.
“Me gusta porque siento como que ¡Lo logré!”, dijo mientras su voz se reducía a casi un suspiro. “¡De veras lo logré!”
Stone ha sorprendido a mucha gente, dentro y fuera de pantalla, incluso con sus comentarios controvertidos en alfombras rojas.
Quizá entró al territorio legendario de símbolo sexual tras “Bajos instintos”, pero se sorprendió incluso a sí misma al ganar el Globo de Oro por “Casino” de Martin Scorsese, superando a estrellas indiscutidas como Meryl Streep, Susan Sarandon y Emma Thompson.
Sus películas más recientes no han tenido tanto éxito, pero sigue siendo una figura de Hollywood —una de las estrellas favoritas para alfombras rojas, así como una gran recaudadora de fondos para la investigación del SIDA—.
Aprende Seyfried de ella
Su compañera de reparto en “Lovelace”, Seyfried, no paraba en elogios para Stone por su papel como mentora en el plató.
“Quería hacerlo muy bien para ella”, dijo Seyfried. “Me moría de miedo de pensar que haría mi trabajo mal. Pero… ella dijo lo correcto, me ayudó y me metió de golpe en el papel”.
Seyfried hablaba metafórica y literalmente, en algún momento su madre la abofetea en la película. Otra escena es aún más dura: la madre de Lovelace le niega que regrese a casa para refugiarse de un esposo que la maltrata físicamente.
Stone, quien es madre soltera de tres hijos, dijo que se enfocó en las intenciones de su personaje, no en sus acciones.
“Creo que mi personaje pensó que estaba siendo una buena madre al hacer que su hija cumpliera sus compromisos”, dijo. “Creo que en ese entonces y desde su punto de vista ético, sentía que mantener su compromiso como esposa, crecer y mantenerse en un matrimonio maduro… le estaba dando a su hija un buen ejemplo. Eran otros tiempos”.
La película está basada en el libro de memorias de Lovelace “Ordeal” de 1980. La actriz porno, que renunció eventualmente a su carrera en el cine para adultos y se convirtió en una activista contra la pornografía, murió en 2002. La cinta cuenta la oscura historia de la esclavitud que vivía prácticamente Lovelace con su marido, Chuck Traynor, de quien escribió ella, la obligó a filmar “Garganta Profunda”, se quedaba con su sueldo e incluso la obligaba a prostituirse. Aunque Stone agregó que tras todo ese infierno Lovelace dejó a Traynor, se casó otra vez y tuvo hijos.
“Se apropió de su vida y se convirtió en algo más”, dijo Stone. “Creo que la lección es que no se trata de no caer, sino de saber levantarse”.