La expectativa y los nervios por ver al ex académico Carlos Rivera dejó sin habla a seis de sus seguidoras leonesas.
La sala de los 40 principales se llenó de la emoción de las fans, quienes esperaron por ver a su artista, a quien pudieron abrazar, besar y apapachar.
La espera terminó 20 minutos antes de las 12 del medio día, cuando la figura atlética del también actor invadió el espacio; todas mantuvieron la calma, mientras Lucero Gama, locutora de los 40 principales condujo el videochat que conectó a miles de fans más a través de la frecuencia de Los 40: “¿Por qué tan calladas muchachas?”, y las risas nerviosas se escucharon.
Tras realizar una serie de preguntas y darle la bienvenida, el originario de Tlaxcala compartió un poco de su disco: “El Hubiera no existe”, que antecede a su historia en más de 50 puestas en escena, 9 años de carrera y 2 discos.
De promoción por León, con su primer sencillo “Fascinación”, Carlos llegó para compartir con AM y los 40 Principales su historia como artista multifacético y de mantenerse firme en sus sueños.
El cantante respondió a la curiosidad de sus fans que viajaron desde el Estado de México, Lagos de Moreno y otras partes, sólo para verlo.
Tras dar una breve reseña de lo que significó su disco, Carlos prosiguió a responder las dudas de Nayeli, Andrea Gabriela, Fernanda y Fanny Santillán.
-¿Cuál es tu meta a corto plazo?- “Pues es posicionarme con los discos a otro rumbo, Argentina ya se está sumando pero mi idea es llegar a más ciudades”.
Tras preguntas personales sobre sus objetivos, Carlos comentó que está en la etapa de asimilar lo que pasó en España y su papel como Simba en “El Rey León”.
“Después de eso no sé qué va a pasar, siempre quise tener ese papel y ése era el top, habrá cosas que no estén tan por encima de lo que pasó en España con Simba, igual podría repetirlo, pero por ahora es el top de mis metas”, compartió.
“Escapémonos” y “Por ti”, sonaron en la radio, mientras las mujeres aprovecharon para dar regalos (una playera y un cuadro de un León), repartir besos por encargo y llenarse de la sonrisa del cantante de 27 años de edad.
Tras una hora de aplausos y pedirle cantara una canción llegó el momento de decir adiós, de volver con los discos bajo el brazo y pedirle regresara a León, lugar al que viajaron más de cuatro horas sólo para que la mirada de Carlos se posara en sus rostros.

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