Nunca antes una travesía resultó tan fantástica y divertida. El viaje que realizó Ícaro, cuando cayó a un bosque encantado repleto de criaturas sin igual provocó magia en el arranque de “Varekai”, el espectáculo del Cirque du Soleil que arranca temporada esta noche hasta el 8 de septiembre.
Desde que la gente arriba a la Carpa Soleil, ubicada en la Explanada López Mateos, resulta toda una experiencia disfrutable con la presencia de dos payasos que interactúan con las personas que buscan sus asientos en el recinto al que le caben 2 mil 500 asistentes que no dejan de sorprenderse.
El espectáculo, escrito y dirigido por Dominic Champagne, brilló por sus perfectas coreografías, vistosos vestuarios cargados de colores y figuras inusuales diseñados por Eiko Ishioka, y una fascinante escenografía realizada por Stéphane Roy, donde monta un bosque con elementos creados por la imaginación de la gente.
“Varekai”, palabra que significa en cualquier lugar, en la lengua romaní de los gitanos, es un show que hace homenaje a tradiciones circenses antiguas con música en vivo ejecutada por una banda de siete músicos que en un principio se intercalan con el público; además de dos cantantes “El Patriarca” y “La Musa”, que le dan intensidad a la puesta.
La historia aborda el viaje de Ícaro, un joven inocente que cae a un bosque lleno de criaturas fantásticas y completamente desconocido –herido de sus dos alas por volar cerca del Sol– en el que emprende la aventura más grande de su vida. Ahí enfatiza sus ganas de vivir y derrumbar los miedos para convertirlo en un nuevo ser.
Durante el ensayo general que anoche ofreció la compañía, creada por Guy Laliberté, hubo invitados especiales, entre ellos algunos pequeños que se maravillaron con los movimientos acrobáticos de los 56 artistas que forman parte de la gira del show, pues asombraron con su flexibilidad, contorsiones, malabarismo y agilidad que demostraron en escena.
Las suertes aéreas destacaron por ser elegantes, sensuales y muy bien sincronizadas con la música, iluminación y efectos especiales entre ellas cuando dos personajes estuvieron suspendidos por correas, semiatadas a sus muñecas, sobrevolando por encima de los asistentes a los que los artistas les robaron el aliento.
La música de Violaine Corradi es una combinación de sonidos de rituales hawaianos con canciones de los trovadores del sur de Francia, alternadas con melodías armenias y música gospel con arreglos contemporáneos.
Tras más de 10 actos, durante casi dos horas, en las que hay un intermedio de 25 minutos, “Varekai” resultó ser un viaje extrasensorial en el que es casi imposible no dejarte llevar por la magia que envuelve al espectáculo que permanecerá hasta el 8 de septiembre en la Ciudad.
Ofrece Cirque du Soleil un viaje fantastico
La música de Violaine Corradi es una combinación de sonidos de rituales hawaianos con canciones de los trovadores del sur de Francia