Ricardo Montaner…”El viajero frecuente”, llegó directo y sin escalas al Palenque de la Feria para trasladar a casi 4 mil personas a un viaje por su música y de paso celebrar su cumpleaños.
La parte del entretenimiento del Congreso Veterinario de León, estuvo a cargo del argentino-colombiano-venezolano, y como telonero el leonés ‘Célo’, ambos cantaron en exclusiva para la comunidad médica veterinaria el pasado jueves.
Después de las 9 de la noche, “Célo” apareció en el redondel y por media hora, amenizó el tiempo de espera.
A las 22:20 horas, se apagaron las luces y en la pantalla apareció el concepto de: ” Viajero frecuente”, último disco del cantautor.
Tras explicar el proceso que le llevó a realizar esta producción y ante los chiflidos del público, Montaner provocó el misterio.
Tras casi diez minutos de intro, arrancó con: “Voy a vivir la vida”…. ¡Buenas noches!, fueron sus primeras palabras ataviado en un elegante traje negro.
Acompañado de tres coristas, dos tecladistas, un baterista y  metales, el artista continuó con: “A dónde va el amor”, una de las más cantadas.
Las luces se apagaron y el sonido de “Será” ‘acurrucó’ el espacio. ¡No los oigo León! Y el coro de “será la luna… será”, fue el idioma. “¡Buenas noches!, bueno, bueno, especialmente hoy no tengo apuro, es un día muy especial, no sólo porque vine sino porque cumplo años (8 de septiembre), así que necesito triple de abrazos y cuádruple de aplausos y me quedo hasta el amanecer”, exclamó.
Afuera el frío de la lluvia seguía, mientras Montaner contó la historia del “Castillo Azul”, aprovechó para pasearse entre las gradas y movilizar a su cuerpo de seguridad.
Ricardo comenzó a invocar a ¡Isabel, Isabel!, acto seguido una esbelta mujer sobresalió, también celebraba algo: “Traigan champagne para Isabel”… Y comenzó: “El poder de tu amor”, para seguir con “Convénceme”, “Sólo con un beso”, “Ojos negros” y “La Conga” llamó a mover el cuerpo;  un grupo de ocho mujeres movieron el cuerpo en el centro del redondel: ¡Que viva México!.
El cantante siguió con “Déjame soñar”, decenas de mujeres le pedían acercarse para obsequiarle una flor, darle un  abrazo o robarle un beso por sus próximos 56 años.
Montaner contó la historia de “Bésame”, una canción que se inspiró en los labios.
“Cuando Adán le vio los labios Eva dijo: ¡Que bonitos labios de esa chica!, Eva lo primero que le vio a Adán fue… fue la boca, por eso escribí esta canción”; la gente gritó y sólo se escuchó su voz.
La noche, a unos minutos de ser madrugada estaba a punto de terminar, no sin las clásicas mañanitas.
“Son mis segundas mañanitas, los primeros me las dieron mis músicos, que me dieron un pastel, sólo me queda voltear al cielo y agradecer a Dios por la salud, por la familia que me dio, mis cinco hijos, mi esposa, dos nueras y dos nietos y medio, porque uno viene en camino”, compartió.
“Tan enamorados”, “Déjame llorar”, “Me va a extrañar”, no podían faltar, y Montaner resumió en casi dos horas un repertorio que se traduce en amor a México.

Otra Otra Otra Otra

Tras dos salidas falsas, Ricardo Montaner regresó al redondel del CEFEL con el llamado de ¡Otra, otra, otra , otra! Y el cantautor se despidió ahora sí con “Déjame llorar” y “La Cima del cielo”, canciones que son la columna vertebral de su carrera.
El concierto duró casi dos horas.

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