Con sólo su voz, Pablo Alborán desbordó las más bajas pasiones de las mujeres que acudieron a su primera presentación la noche del martes en el Lunario del Auditorio Nacional.
Desde que el músico español pisó el escenario en punto de las 21:00 horas para interpretar “Toda la Noche”, los gritos de sus admiradoras no se hicieron esperar e inundaron el recinto.
“Estás bien guapo”, “¡chiquito!” “te amo” y “yo si te llevo a mi casa” fueron algunos de los piropos que el público le gritó, al mismo tiempo que Alborán respondía lanzando besos al aire.
Entre una ola de chiflidos, el intérprete deleitó a los 850 asistentes, cifra proporcionada por los organizadores, con temas como “Deshidratándome” y “No te Olvidaré”.
“Buenas noches familia, estoy cumpliendo uno de mis grandes sueños que era cantar en el Lunario. Gracias por ser parte de mi familia, los quiero mucho y espero que tengamos un largo camino juntos”, expresó.
Pero cuando el ánimo de las mujeres parecía calmarse, el movimiento de cadera que acompañó a “Caramelo” provocó que la euforia de todas ellas se encendiera.
Su más reciente sencillo, “¿Dónde Está el Amor?”, fue una de las canciones más coreadas por el público, que también disfrutó de temas como “¿Quién?”, “Tanto” y “Seré”.
Acompañado de cinco músicos, tomó su guitarra para interpretar una versión acústica de “El Beso”, “Perdóname” y “Te he Echado de Menos”.
Después desbordó toda su energía sobre el escenario con “Miedo”, “Vuelve Conmigo” y “Loco de Atar” y así despedirse del público por un breve momento.
Luego volvió al escenario para cerrar su presentación, de hora y media de duración, tocando el piano en “Cuando te Alejas” y “Solamente Tú”, y poniendo a todos a bailar con “Volver a Empezar”.
Hoy dará su segundo concierto en el Lunario.

Perfeccionista
– Pablo realizó una prueba de sonido de tres horas.
– Sus cinco músicos lo acompañaron y afinó las cuerdas de su guitarra y probó el volumen de los micrófonos.
– Durante la prueba de sonido siempre tuvo cerca una lata de bebida energética con la que se refrescaba la garganta.
– Supervisó las luces y se aseguró de que el sonido fuera el adecuado.

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