La pequeña Madison Lambe, de 12 años de edad, se acercó al Príncipe Guillermo cuando éste acudió a misa a la iglesia de Sandringham, Inglaterra, en compañía de Catalina, y le pidió tomarse una foto con ella.
“No podemos rechazar una buena selfie en Navidad”, le respondió sonriente Guillermo, informó ayer BBC News.
El Duque de Cambridge parece haber aprendido del ejemplo de su padre, el príncipe Carlos, quien no dudó en compartir plano con un entusiasta admirador durante una visita reciente a una iglesia ortodoxa de Stevenage (sureste de Inglaterra): un método muy efectivo para ganarse el cariño de sus súbditos y, de paso, para protagonizar la anécdota de la jornada.

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