En la Tierra Santa, el estado de Palestina aún no existe. Pero en Hollywood, ya tiene una finalista en los premios Oscar.
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que “Omar”, una de las candidatas de este año a mejor película en lengua extranjera, viene de “Palestina” y causó asombro en la región, donde israelíes y palestinos están inmersos en conversaciones de paz dirigidas a establecer, precisamente, tal estado.
Para empezar, gran parte del drama se filmó en la ciudad israelí de Nazaret, casa del director Hany Abu-Assad y de muchos de los actores en el filme, y no en Cisjordania, donde transcurre la mayor parte de la trama. En contraste, la película de Abu-Assad de 2005 “Paradise Now” (“El paraíso ahora”), que también fue postulada a un Oscar, fue catalogada entonces como proveniente de “territorios palestinos” para evitar el inevitable debate político sobre soberanía.
El reconocimiento de Palestina en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2012 como un estado no miembro, en medio de una feroz objeción israelí, allanó el camino para que la Academia cambiara su definición. Abu-Assad también dijo que la película califica como tal por ser la primera financiada casi por completo por palestinos. En cualquier caso, agregó, la nacionalidad de la cinta, como la suya propia, es una cuestión de identidad, no de geografía.
“Mientras estemos bajo ocupación, no importa cómo lo llamen”, dijo Abu-Assad, de 52 años, que, como muchos árabes israelíes se considera palestino a pesar de tener nacionalidad israelí. “Eso no nos hace israelíes. Mientras el estado sea exclusivo, uno no puede identificarse con un estado que no nos reconozca como iguales”.
El debate sobre el origen del filme alude al complejo estatus de la minoría árabe israelí, que representa cerca de un quinto de los 8 millones de ciudadanos en Israel.
Los árabes israelíes se mantuvieron en el país durante la guerra por el establecimiento del estado de Israel en 1948, en contraste con cientos de miles de palestinos que huyeron o fueron desplazados entonces y que estuvieron bajo ocupación israelí cuando capturó Cisjordania y la Franja de Gaza en la Guerra del Medio Oriente de 1967.
Los árabes israelíes tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, por lo general disfrutan de un nivel de vida más elevado y de mayores libertades civiles que en países árabes vecinos, y de muchas maneras se han integrado a la sociedad israelí. Pero a menudo sufren de discriminación, se quejan de un estatus de segunda clase y con frecuencia se identifican con sus hermanos palestinos. Abu-Assad dijo que considera que todo Israel está “bajo ocupación” puesto que los árabes no disfrutan de igualdad total con la mayoría judía.
Yousef Abu Wardi, un veterano actor de cine israelí, dijo que puede identificarse con la crisis de identidad de muchos compatriotas árabes. “Para ser israelí, ¿eso significa que debo dejar de ser árabe?”, preguntó. “Hasta que se definan los límites finales aquí, será muy difícil definir quién es israelí y quién es palestino”.
En “Omar”, una historia de amor con el conflicto árabe-israelí como trasfondo, Abu-Assad explora algunos de estos elementos enfocándose en el aprieto de palestinos que colaboran con Israel.
El personaje principal, un panadero palestino, rutinariamente salta la barrera que separa Cisjordania de Israel para visitar a su amada Nadia. En una de sus escapadas es atacado por un soldado israelí, tras lo que él y sus amigos deciden matar a otro soldado en represalia.
Tras ser arrestado es presionado a convertirse en informante, desencadenando una serie de reacciones de decepción y traición que pondrán a prueba la lealtad de Omar a Nadia, sus amigos y su pueblo.
De manera interesante, la apuesta israelí al Oscar de este año, “Bethlehem” (Belén), lidia con el mismo tema de colaboración pero se enfoca más en la relación íntima entre el informante palestino y la persona israelí a la que reporta.
Abu-Assad dijo que no hizo esfuerzos para narrar el lado israelí de la historia.
“Encuentro cualquier tipo de balance entre los ocupados y los ocupadores un poco falso”, dijo en una entrevista telefónica desde Los Ángeles, donde se encuentra para asistir el domingo a la ceremonia de premiación. “Un balance lo hace menos impresionante como película. Todas las buenas películas son narradas desde una perspectiva”.
Yair Raveh, un crítico de cine de la principal revista de entretenimiento de Israel, Pnai Plus, dijo que ambos filmes son igual de impresionantes. Mientras la israelí “Bethlehem” hizo un esfuerzo por mostrar ambas caras y causó controversia a nivel nacional, dijo que la fuerza de la palestina “Omar” está en la furia que proyecta.
“No es una película anti-israelí per se. Simplemente tiene mucha ira y la ira es buena para el cine”, opinó.
Premios de la Academia reconocen a Palestina
Mientras en Tierra Santa, Palestina no es un estado, los Premios de la Academia la reconocen, nombrándola como el lugar de procedencia de la película