En la secundaria, “El Chivo” les compartió a sus papás, Mauricio y Raquel, que cuando fuera grande, sería fotógrafo.
Ellos, al ver a su hijo Emmanuel jugar con las cámaras, nunca dimensionaron que su talento lo llevaría a las grandes ligas del cine hollywoodense, que este año lo nominó por sexta ocasión a los premios Óscar por su trabajo en la cinta “Gravedad”, de su amigo, el director Alfonso Cuarón.
“Yo estoy muy orgullosa de mi hijo en la vida y punto”, dijo con una risa nerviosa Raquel, madre del cineasta mexicano radicado en Los Ángeles, “Él hace un trabajo que le gusta muchísimo. Es obvio que mi hijo tiene un don, ¡tiene seis nominaciones!”.
Al principio, doña Raquel estaba renuente de platicar, pero al insistirle, entra en confianza y comparte un poco de su familia judía, los Lubezki.
“Me acuerdo que una vez un periódico publicó casi casi: ‘Las vergüenzas que nos está haciendo pasar Emmanuel Lubezki’. Yo digo que si alguien ha sido nominado seis veces es porque su trabajo es admirado, es bueno. Sé que mi hijo es feliz haciendo lo que hace”.
El domingo, durante la ceremonia del Óscar que se celebrará en Los Ángeles, por sexta ocasión se escuchará el nombre de “El Chivo” en la terna de Mejor Fotografía.
Y en caso de resultar ganador, sería una buena razón para empezar a celebrar por sus 50 años de vida, que cumple el 21 de junio.
Con casi tres décadas de trayectoria, Emmanuel tiene en su currículum una larga lista de cintas en las que ha participado como cinematógrafo.
Entre ellas destacan Sólo con Tu Pareja, de Alfonso Cuarón; Como Agua Para Chocolate y Un Paseo por las Nubes, ambas de Alfonso Arau, y ¿Conoces a Joe Black?, de Martin Brest.
“Su papá le compró su primera cámara cuando era chico, en secundaria nos dijo que quería ser fotógrafo. ¿Qué más quiere que le diga? A mí me enorgullece muchísimo que mis hijos sean buenas personas”.
Aunque en los medios Emmanuel es considerado un hombre reservado, su mamá afirma que es muy sociable.
“Emmanuel era un niño absoluta y totalmente normal, amiguero. Siempre tuvo amigos cercanos”.
¿Cuándo y quién puso el apodo de “El Chivo” al reconocido cinematógrafo? Es algo que ni siquiera su madre sabe, pero ya se acostumbró al sobrenombre.
“Nosotros ni siquiera sabíamos que le decían ‘El Chivo’. Parece que ese es un apodo de la secundaria, nosotros jamás le dijimos ‘Chivo’, es muy raro.
“No sé si tiene que ver con algo físico, que yo no se lo encuentro. Parece que hay una historia que tiene que ver cuando jugaba futbol”. Alguna vez se me puede salir decirle ‘Chivito’, pero aquí en la casa más bien le decimos Emmanuel”.
En más de una ocasión “El Chivo” ha invitado a su familia a visitarlo al set.
“Fuimos al set de El Nuevo Mundo (nominado al Óscar en 2005) y La Princesita (nominado al Óscar en 1995), pero fue con una de sus primerísimas películas con las que me asombré muchísimo, Como Agua Para Chocolate, una amiga que también fue, dijo: ‘¡Auch! ¿a qué horas aprendió a iluminar?”.
Debido a que su hijo vive en Los Ángeles y ella en México, se mantienen en constante contacto telefónico. Y aunque hablan de trabajo, poco tocan el tema de los premios.
“Le voy a decir lo que decía mi mamá que en paz descanse: ‘Sin fotógrafo, no hay película'”, señala doña Raquel, quien dice ser “la mamá de los pollitos”.

COMPITEN A MEJOR CINEMATOGRAFÍA

* Emmanuel Lubezki (México) por “Gravedad”
* Roger A. Deakins (Inglaterra) por “Intriga”
* Bruno Delbonnel (Francia) por “Balada de un Hombre Común”
* Phedon Papamichael (Grecia) por “Nebraska”
* Philippe Le Sourd (Francia) por “The Grandmaster”

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