Arnold Schwarzenegger se hizo el interesante a su paso por la alfombra roja del estreno de la cinta “Sabotage”, en el Regal Cinemas LA.
El ex Gobernador de California hizo sufrir a los medios de comunicación, que tuvieron que romper las reglas para perseguir a la estrella y pedirle a gritos que por favor posara para las cámaras.
Desde que bajó de su camioneta, provocó la inconformidad de los medios, ya que, en vez de dirigirse a ellos, el actor cruzó la calle para tomarse fotos a sí mismo entre la algarabía de sus admiradores al fondo. También se acercó a sus seguidores para saludar a muchos de mano y regalarles autógrafos en pósters con su imagen.
Después se dirigió a la alfombra roja, donde saludó primero al director de la película, David Ayer. Ahí, Schwarzenegger volvió a sacar su celular para tomarse fotos con Ayer y los productores.
Además, logró que el director, productores y ejecutivos posaran para él en vez de hacerlo para los fotógrafos, porque su intención era tomarse una “selfie”.
Para entonces, la paciencia de los fotógrafos estaba al límite: empezaron a correr de un lado al otro tratando de capturar al “Terminator” con sus cámaras cada vez que se paraba a saludar a alguno de sus colegas de la cinta.
Luego del desorden, accedió a complacer a los fotógrafos y posó en tres ocasiones, pero por muy corto tiempo, para luego sí complacer a las cámaras, pero de TV.
Ya en la sala de cine, Schwarzenegger, de 66 años, dijo algunas palabras a la prensa y aseguró que se sintió realizado con este proyecto.
“Soy el hombre más feliz del mundo porque tuve la oportunidad de hacer esta historia y de trabajar con David y este fabuloso reparto. La historia de este filme es diferente a todo lo que he hecho antes. Para mí es un sueño hecho realidad. Cuando recibí el libreto y lo leí, me puse muy contento.
“He visto la película ocho veces, y cada vez que lo hago la disfruto más y espero que ustedes también lo hagan”, declaró.