La sorpresiva y trágica muerte del conductor Paco Stanley consiguió que dos televisoras (eternas rivales) se “unieran” para transmitir uno de los sucesos más impactantes de 1999 del medio del espectáculo. A 15 años de distancia, su hijo Paul recuerda cómo fue la despedida de su padre.
“Me acuerdo muy bien de la última vez que lo vi, es algo que me marcó. Fue tres días antes de que muriera, fuimos a comer y hablamos acerca del futuro y de lo que él quería para mí; se puso a llorar y se quitó una lágrima de la mejilla, me la puso en la cara y me dijo: ‘esta lágrima es para ti’. Me regaló sus lágrimas, me dijo cosas buenas de mi madre, habló sobre todo del amor que sentía por nosotros”, detalló a EL UNIVERSAL el ahora conductor.
Para Paul, las cosas no han sido tan sencillas, cabe recordar que antes del fallecimiento del conductor (el 7 de junio de 1999), casi nadie sabía de su existencia. Y es que Paco mantuvo en secreto la existencia del aún niño de 13 años (nacido fuera del matrimonio) que tuvo que enfrentarse a la muerte de su padre y al ojo público.
“A esta edad comienzo a entender muchas decisiones que él tomaba. Ahora que estoy en esta carrera sé que no es fácil. Si no nos dio tiempo no fue por que no quisiera, sino porque no tenía más. No lo juzgo y pienso en él y lo llevó en la mente y el corazón”, ahondó.
El joven, ahora de 28 años, asegura que comienza a notar más su ausencia, lo que hace que se pregunte qué hubiese pasado si su padre aún estuviera con vida, si estaría orgulloso de él o no.
Desde hace dos años, Paul, quien inicio en el 2006 como actor, decidió seguir los pasos de su padre y probar suerte en programas televisivos como conductor.
Reconoce que llegar al nivel de su padre será imposible, pues “sólo habrá un Paco Stanley, eso lo tengo más que claro”. Sin embargo afirma que seguirá los consejos que su padre le dio.
“El mayor legado que me pudo dejar fue el carisma y el poder dedicarme a esto que amo: llevar alegría a los hogares”, añadió.
Paul señala que cada que emprende un nuevo trabajo recuerda las palabras que su padre siempre le dijo: “Sé constante y disciplinado, ama tu profesión y a tu familia, respeta a los demás y siempre ten una buena cara para la gente”.
En palabras del joven, llevar el apellido Stanley ha sido una bendición y aunque en ocasiones fue difícil ser el hijo no reconocido, ahora esta orgulloso de que la gente recuerde a Paco a través de él. Y los problemas con los otros hijos de Stanley han quedado en el pasado. “Te puedo decir que la relación con la demás familia es excelente”.

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