El camino es largo de la Tierra Media a la Massachusetts del siglo XVII, pero Richard Armitage hizo el recorrido y encontró un sorpresivo eslabón.
El actor británico, quien hizo del enano guerrero Thorin Oakenshield en la trilogía de Peter Jackson “El Hobbit”, actúa ahora en el Teatro Old Vic de Londres como John Proctor, un hombre decente en un mundo alocado en “Las brujas de Salem”, el clásico moderno de Arthur Miller sobre los juicios que llevaron a la ejecución de veinte personas por hechicería en una comunidad de colonos obsesionados en 1692.
Es un cambio de ritmo, por decir lo menos. Armitage dice que “El Hobbit” es “una gran máquina en la que uno logra hacer un pequeño papel” mientras que en “Las brujas de Salem”, el decente, atormentado y lleno de defectos Proctor es el centro de atención.
“Puedo sentir que el público respira su aliento mientras ve la obra”, dice Armitage. La puesta, que se exhibe ahora en funciones de preestreno, sube el telón oficialmente el jueves.
Pero el actor dice que “hay hilos y arterias” que conectan los mundos de Miller y J.R.R. Tolkien. Incluyendo sus escalas operáticas.
“Al final del segundo acto de esa ópera (“El Hobbit”), mi personaje dice, ‘Si esto va a terminar en fuego entonces arderemos juntos’. Y exactamente en el mismo lugar del trabajo de Miller — y esto definitivamente no fue plagio — digo, ‘Arderemos, arderemos juntos”’.
Armitage, de 42 años, reconoce cierta aprehensión sobre su regreso al teatro luego de 12 años haciendo cine y televisión. Pronto será visto en pantalla en “The Hobbit: The Battle of the Five Armies” y en el thriller “Into the Storm”.
El actor, que una vez pidió que le hicieran el submarino (ahogamiento simulado) para una escena de tortura, asumió una estrategia igualmente vivencial a la hora de prepararse para “Las brujas de Salem”.
“Me fui a trabajar con unas vacas”, dijo el actor. También visitó Salem. Y aunque el sitio turístico le resultó un poco decepcionante — “Disneyland para brujas” —, acotó que el pueblo es “bastante mágico”.
“Ver los verdaderos ladrillos y argamasa … es algo que te conecta con la gente a quien le ocurrió esto”, expresó.

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