La sonrisa y palabras de Angélica María iluminaron el teatro Ángela Peralta en el primer día de actividades del XVII Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).
“Una pasión incontrolable, algo maravilloso”, es lo que representa el séptimo arte para la homenajeada por el GIFF.
En una charla moderada por Roberto Fiesco, la primera actriz compartió intimidades dentro de su carrera, que inició cuando tenía 5 años.
“Yo tenía cuatro años cuando venimos a México. Nací en Estados Unidos y desde que llegamos mi mamá me decía que cantaba y me disfrazaba”.
Su trabajo en “Mala semilla” en teatro; “Los signos del zodiaco”, “Mi esposo y la otra”, en cine; su debut en “Pecados”, fueron temas que abordó con orgullo.
“Mi madre que era una excelente productora, entonces dijo: ¡vamos a hacer teatro!, me refugié en eso, no me arrepiento. Yo nunca quise hacer desnudos, ‘soy muy friolenta’ (risas)”.
Angélica recordó aquel piropo de Pedro Infante.
“Me dijo: Usted va a ser una excelente actriz, porque como yo, usted habla con los ojos”, compartió.
Angélica se definió como: ‘Una chica soñadora’, ‘una mocosa’, medio babosa (sic), que supo elegir de su vida lo bueno y lo malo. Que ganó su primer premio Ariel siendo una niña.
“Con ‘Mi esposo y la otra’, gané un Ariel como figura infantil, ni sé porque me lo gane, a mí me dieron mi arielito”.
La niña poco a poco se convirtió en mujer, acompañada de la lectura que le dio un ojo critico y fuerza para entrar en la música en 1962.
Su encuentro con el cine de oro, le dio las bases para abrir su frontera en el teatro, cine, televisión y la música.
“A mí me costaba carísimo salir en telenovelas, recuerdo que una vez tenía que salir de millonaria y me costó más caro que lo que me pagaron, pero hice una linda millonaria”.
“Eddie, Eddie”, “¿A dónde va nuestro amor?”, le ponen la ‘piel chinita’.
El grito de los presentes fue de ¡Otra, otra!, por lo que en automático cantó un pequeño estribillo.
Roberto Fiesca evocó en la artista recuerdos.
“Extraño el cine, espero que ahora que veo a tanto niño (cineasta) ellos me den trabajo. Volví con algunos cortometrajes. Pedro Bojórquez me llamó para hacer un papel que fue hecho para mí, que hice a pesar de mi gordura, que me hinchaba”.
Angélica ahora se dedica a su carrera como abuela.
“Ser abuela es lo más maravilloso que te puede pasar en la vida, el tener a tu hija en tus brazos, a descubrir a los niños, la carnita suave, todo eso te da una vida… No hay nadie que me pare, estoy con ganas de trabajar, todavía no nace Daniel (su nieto), eso me motiva a dar lo mejor”.
Con esta charla, la actriz rompió con siete años de búsqueda de parte del festival, por lo que agradeció a los organizadores, en especial a Sarah Hoch, directora ejecutiva del Giff.
“Muchas gracias por ese homenaje, por la búsqueda, no había podido venir, ahora vengo sólo un día y lo agradezco…Sigo trabajando, he hecho mi carrera a pulso, a base de trabajo, lo hago para vivir buen. No me veo haciendo otra cosa, nací para esto, no me veo fuera de esto, me morirá sino lo hago”.
La charla se abrió al público, el que la cuestionó sobre su experiencia en los festivales, libros, cine y vida.
“Estos festivales dan el estimulo a los creadores, se necesita la ventana, aplauso y reconocimiento y que bueno que la gente del mundo venga a nuestro hermoso Guanajuato”.
Más de 400 personas aplaudieron el ejemplo y consejos de parte de la “Novia de México”.
Al final se le dio un reconocimiento especial con la leyenda: “Más cine, con corazón”.
Ilumina Angélica arranque del GIFF
La “Novia de México” comparte su trayectoria durante el primer día de actividades
del XVII Festival Internacional de Cine de Guanajuato, en el que re