Al Pacino pasó dos veces por la alfombra roja en el Festival de Cine de Venecia, con un par de películas sobre envejecer, el arrepentimiento, rendirse y dejar ir.
Sin embargo, no hay nada que temer, el actor dice que todavía no cerrará el telón de su carrera.
Pacino interpreta a un cerrajero de Texas que tiene llaves para todo excepto para su infelicidad, en la película “Manglehorn” de David Gordon Green, una de las 20 que compiten por el León de Oro del festival. También interpreta a un anciano actor que ya perdió su encanto y el contacto con la realidad en “The Humbling”, de Barry Levinson, que se proyectará durante el festival pero fuera de competencia.
En ambos filmes, el actor de 74 años se ve arruinado, hecho un desastre, desaliñado y demacrado. Sin embargo, al platicar con los periodistas antes de los dos estrenos del sábado, se veía como toda una estrella vestido de negro, con el cabello alborotado y gafas para el sol de color azul.
Dijo que podía identificarse con el deseo del personaje de “Humbling” de meterse en los rigores de la actuación, pero aseguró que no ha perdido su apetito por la profesión.
Al hablar de la vejez en los actores, tuvo un momento de sinceridad.
“Lo más difícil con los años, sobre todo para los actores de teatro, es lo que ocurre con la pérdida de la memoria y el cansancio que te da el hacer siempre lo mismo. Es algo que se ha mostrado en muchas cintas y que muestra la forma en la que los actores acaban agotados al interpretar tres veces en un día a Shakespeare”.
Los altibajos de la fama así como el mundo de excesos, drogas y alcohol que rodea el mundo de la actuación es algo que también entiende la estrella.
“Todos los actores tienen que lidiar con el espejismo del glamur, la fama y en muchas ocasiones el sentimiento de perder todo eso, el ver cómo la notoriedad desaparece genera una especie de depresión”.
Sin embargo, aunque para Pacino también han existido tiempos difíciles, el actor asegura nunca haber tenido una depresión o al menos, darse cuenta de ella.
“Afortunadamente puedo haber estado deprimido pero no lo he sabido. No sé cómo no he podido estar deprimido en ciertos momentos de mi vida pero lo bueno es que no me enteré. La depresión es muy difusa porque todos nos sentimos tristes en la vida, menos en esos pequeños momentos de felicidad que tenemos. Sí, he bailado con esa sensación de sentirte apagado pero nunca he experimentado una depresión como tal”, finalizó.
 

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