Era renuente a los homenajes, pero después del primero, Daniel Giménez Cacho cambió de parecer.
A sus 53 años de edad, el actor nacido en Madrid recibió un Cabrito de Plata y otro de Cristal que le otorgó el Festival Internacional de Cine (FIC) de Monterrey por el Homenaje Mexicano a la Trayectoria Artística e Ícono del Cine Mexicano, respectivamente.
“De joven tenía mucha resistencia a los homenajes, me parecía que esperar estos aplausos te distraía del trabajo y te desconcentraba. Pero luego con el paso del tiempo fui entendiendo que estos homenajes no son a uno; son reconocimientos que se hacen a una pasión común, a una cosa que fortalece a una comunidad. Aquí estamos reconociendo nuestra pasión por el arte, la actuación, nuestros afanes y deseo por defender un tipo de cine”, expresó.
El de Monterrey es el segundo reconocimiento que recibe por su actividad profesional. El primero fue la Cruz de Plata que le otorgó en 2012 el Festival de Guanajuato.
“Como que entiendo que no nada más es para mí (el tributo), sino que es para nosotros, para esta actividad, para reconocerle el valor que tiene socialmente, de comunicación y de alimento para el espíritu y espacio de la libertad, reflexión e inteligencia “, expresó.
Antes de la gala de premiación, Giménez Cacho se reunió con los medios de comunicación para hablar de su interés por la política y planes de trabajo.
“Vivimos un momento de la comunicación que cada vez es más complejo. Hay un duopolio televisivo, que tiene copada a las audiencias; el regreso del PRI ha significado también un control más fuerte de los contenidos.
“Y el cine es un espacio de libertad que se ha defendido, un espacio de creatividad, de crítica y diversidad para reconocernos; y el homenaje es para reconocer todo eso… reconocemos todo eso y estoy agradecido”.

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