Para determinar la causa de muerte de la humorista Joan Rivers se requieren más pruebas, dijo el forense de Nueva York.

Rivers murió el jueves en el Hospital Mount en Nueva York, a los 81 años. Había sido hospitalizada el 28 de agosto tras sufrir un paro cardiaco durante un procedimiento de rutina en un consultorio médico. Las autoridades estatales de Nueva York están investigando las circunstancias.

La vocera Julie Bolcer dijo el viernes que determinar la “causa y modo de muerte” llevará más estudios.

El funeral de Rivers está previsto para el domingo en el Templo Emanu-El y los servicios serán privados. No se proporcionaron más detalles.

Fue la propia presentadora quien planeó exhaustivamente su funeral para que su única hija, Melissa, cumpliera todos sus deseos. En un extracto de su libro “I Hate Everyone… Starting with Me”, Joan llevó a cabo el diseño del pomposo acto en el que quería que se convirtieran sus exequias, incluyendo la presencia de una inconsolable Meryl Streep y una auténtica lucha de medios de comunicación.
“Cuando muera (y, sí, Melissa, ese día llegará. Y, sí, Melissa, está todo a tu nombre), quiero que mi funeral sea un gigantesco espectáculo con luces, cámaras, acción… Quiero un catering, quiero fotógrafos y ¡quiero medios peleándose y montando un número! Quiero que sea lo más ‘Hollywood’ posible. No quiero ningún rabino divagando. Quiero a Meryl Streep llorando, en cinco acentos diferentes. No quiero un panegírico. Quiero que Bobby Vinton levante mi cabeza y cante ‘Mr. Lonely'”, describía.
La presentadora, cuya pasión por estar radiante y lucir sus mejores galas siempre fue más que evidente, deseaba asistir a su funeral con una apariencia aún mejor que la que tenía en vida y ser enterrada enfundada en un traje firmado por Valentino.
Hoy se sabrá cuánto se cumplen sus anhelos.
Mientras tanto, diversas personalidades continuaban expresando sus condolencias y recuerdos relacionados con Rivers en las redes sociales, los admiradores improvisaron un monumento en la entrada del edificio de apartamentos donde vivía la artista en Manhattan.
Entre quienes compartieron sus recuerdos figuró el príncipe Carlos, a cuya boda asistió Rivers en 2005.
“Joan Rivers fuer una mujer extraordinaria con un espíritu auténtico e infatigable, tenía un imparable sentido del humor y un gran entusiasmo por la vida”, escribió Carlos en un comunicado.
“Se le extrañará mucho y es absolutamente irremplazable”, agregó.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *