Francisco Céspedes sólo necesitó plantarse en el escenario para enamorar a decenas de corazones.
De nuevo lo hizo, y ni Tláloc pudo sucumbir a su deseo de compartir un poco de su arte a beneficio de los niños de la Orquesta Infantil y Juvenil del Centro Fox.
En punto de las 9:53 de la noche, una mujer ataviada en un ligero vestido azul anunció la llegada del eterno enamorado.
Cinco músicos cubanos le abrieron el escenario; por segunda ocasión en un año, volvió al Estado para deleitar a casi 2 mil personas en una bohemia romántica.
Entre aplausos y mucho más delgado que la última vez, su potente voz arrancó con “¿Dónde está la vida?”, para enseguida agradecer la invitación hecha por Vicente Fox y Marta Sahagún.
“¡Buenas noches! es un placer estar aquí en la Hacienda Fox, que la última vez que vine quedé impresionado por toda la labor que hacen a beneficio de los niños. La música es el lenguaje de Dios y que bueno que ustedes están aquí para apoyar la educación de estos niños, la de la fundación, muchas gracias”, dijo.
Como si se encontrara con un grupo de íntimos amigos, Céspedes compartió el motivo de las letras de sus canciones, la mayoría dedicadas a mujeres que le ‘marcaron el alma’.
“Hace 30 años que hice esta canción para una mujer que ahora podría estar más gruesa, que no es malo ni bueno, porque también me gustan las gorditas. Esta canción fue hecha para una mexicana”, platicó.
El repertorio de “Todo es un misterio”, “Pensar en ti”, “Te soñé, lluvia de abril”, “Señora”, “Ya no es lo mismo”, “Vida, vida”, “Quédate más”, “Olvidarte”, “Remolino”, provocó suspiros.
Mientras tanto, Céspedes conquistó con sus gafas negras a toda fémina que se dejó encantar. Bendijo a sus músicos, a los asistentes y a todo el pueblo mexicano.
Lanzando besos y uno que otro piropo, el cubano se lució en la bohemia de la que más de uno salió complacido.
“Fui a verlo la última vez al Foro del Lago y me pareció que esta vez se lució”, consideró José Hernández.
Tras un repertorio de casi dos horas y exhausto tras un vuelo directo desde Cancún, el famoso no cedió a su necesidad de dormir y regaló una más a sus seguidores: “Vida loca”, la canción más emblemática de su trayectoria y que provocó la ovación.
El cubano presentó a sus músicos, quienes le agradecieron el acompañamiento. Mientras la lluvia seguía, pero no afectó en las ganas de compartir más de su historia musical, que está marcada por dos grandes amores y otros más que se unieron en el camino.
Eran las 11 de la noche cuando bajó del escenario para recibir regalos, abrazos y uno que otro pícaro beso.
Enamora Pancho con sus versos
El cantante y compositor Francisco Céspedes insipiró a los asistentes al Centro
Fox a través de sus baladas románticas, inspiradas en las experienc