Para despedirse de México, Katy Perry derrochó talento, sensualidad y una súper producción llena de colorido, visuales, estructuras que se elevaban, giraban y la hicieron elevarse en el aire, además de decenas de bailarines.
El segundo concierto que la californiana ofreció en la Ciudad de México, el sábado por la noche, fue muy similar al que dio un día antes también en el Palacio de los Deportes.
Pero la cantante, quien inició su show pasadas las 21:30 horas (más de una hora después de lo programado), quiso decir adiós a sus fanáticos mexicanos dejando el corazón en el escenario.
“Este es el último show en México. Mañana partimos. Vamos a entregarlo todo”, dijo causando la euforia de los miles de asistentes que hicieron lucir casi repleto al recinto.
Entre las luces neón sonaron éxitos como “Roar”, “Part of Me”, “Wide Awake”, “Dark Horse”, “E.T.”, “I Kissed the Girl”, “Hot N’ Cold”, “Uncondicionally”, “Teenage Dream” y “California Gurls”.
The Prismatic World Tour, que próximamente visitará Oceanía, estuvo divido en cuatro partes.
En un momento del show, de casi dos horas, la artista tomó una bandera mexicana y la ondeó con sus manos. Además, para el cierre portó un sombrero de charra rosa mexicano.
Katy Perry entrega todo en despedida
Para despedirse de México, Katy Perry derrochó talento, sensualidad y una súper producción.