Kristen Stewart ya no quiere ser la bella de la película. Al menos eso insinuó durante el Festival de Cine de Nueva York.
Desde su look con un corte de pelo boyish que complementó con un toque industrial de camisa blanca, pantalones y botines negros que le daban un aire más intelectual que glamoroso hasta sus prioridades a la hora de elegir nuevos papeles que, según dijo, han cambiado y dejado atrás a la actriz angelical de la saga “Twilight”.
Y es que si algo quiere la estrella californiana es empezar a ser reconocida por proyectos independientes y más profundos que los personajes frívolos y de gran factura a los que tiente tan acostumbrados a sus fans y que le dieron una fortuna cercana a los 25 millones de dólares y la han colocado en el ranking de las actrices mejor pagadas, con 12 millones de dólares por filme.
Con todo eso, está optando por películas de bajo presupuesto como “Clouds of Sils Maria” (Las nubes de María), del director Olivier Assayas, realizada en Europa con un costo de 6 millones de dólares y que, de acuerdo al sitio Box Office Mojo, aún no recupera su inversión y no ha llegado a los cines de Estados Unidos, pero le implicó un trabajo distinto e intenso.
“Yo quería interpretar algo que me permitiera observar más y no mostrarlo todo”, explicó, “y es algo que sólo puedes encontrar en un cine con la perspectiva de un director europeo”.
De hecho, indicó que ha rechazado personajes que no le permiten dar el giro que desea.
“En un inicio recibí la propuesta para hacer otro personaje, pero sabía que no estaba interesada en eso. Había algo en el papel que me parecía demasiado familiar y que era complicado ver con más dimensiones de las que te muestra lo que hace el personaje, su perspectiva es muy reducida”, contó la actriz a la que persigue la prensa rosa de la que tanto quiere alejarse.
Para Kristen, la perspectiva que aporta a los personajes el cine europeo es mucho más interesante que la que tiene el americano, pues este último es más superficial y está basado en acciones mientras que el europeo se preocupa más por el detalle.
“Por ejemplo, (en el cine europeo) la relación que puedes ver entre dos personajes es única, porque son cineastas que se preocupan por mostrar al detalle las dinámicas de una relación. Fue la primera vez que vi algo como esto y dije: ¡wow!, esta gente se dice todo”, afirmó.
Stewart también explicó que es una actriz a la que le gusta sentirse incómoda en el set porque lo que siempre busca es esa primera emoción en las cosas que interpreta, el primer impacto y el momento que la motiva a interpretar al personaje de una u otra forma.
“Me gusta ponerme en una posición de mayor ironía con mis personajes”.
Para el próximo año, la actriz espera el estreno de Still Alice, al lado de Julianne Moore y American Ultra, del director inglés Nima Nourizadeh, que también promete alejarse de los cánones hollywoodenses.

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