Y entonces Jennifer Aniston sacó un látigo imaginario, golpeó al aire y dejó en ridículo a la presentadora que cubría la alfombra roja de los premios del sindicato de actores (SAG), efectuados la semana pasada.
La protagonista de “Cake”, nominada a Mejor Actriz, afianzó esa revuelta contra la ‘mani cam’, uno de los inventos más absurdos que la televisión ha instaurado en el seguimiento de las alfombras rojas (exceptuando, posiblemente, a la Glam Cam de 360 grados o la Stiletto Cam, pesadilla de cualquier mujer con callos y durezas).
“¿Puedes enseñarnos tus uñas y joyas en la ‘mani cam’?”, le preguntaron. “Oh, no no. Gracias, pero no”, respondió Aniston entre risas justo antes de su golpe de efecto visual.
A Maria Menounos, la presentadora del canal E!, además del corte de Aniston, le llovieron negativas por todas partes.
“Oh, no, no pienso hacer eso”, dijo Julianne Moore, ganadora por “Siempre Alice”. 
Emilia Clarke (“Game of Thrones”) o Tatiana Maslaney (“Orphan Black”) se sumaron al boicot. Reese Witherspoon, nominada por “Wild”, prácticamente empujó a Sofia Vergara (siempre dispuesta) a hacerlo, negándose también a enseñar sus uñas.
La editora de belleza de Vogue USA, Catherine Piercy, resumía esta cadena de rechazos en un tuit: “Tu poder en Hollywood está directamente relacionado con la comodidad con la que rechazas la mani cam”.
¿Por qué las actrices esconden sus uñas en la alfombra roja? No es un anécdota sin importancia, las coberturas de premios se están convirtiendo en un escenario reivindicativo de género. Nadie pone en duda que este tipo de galas también son una competición de vestidos y la moda juega un rol crucial en la exposición mediática, pero las actrices están hartas de que a ellas solo les pregunten “¿qué llevas en tu bolso?” o ¿me enseñas tu manicura? mientras a ellos se les interroga por la intensidad de sus papeles.
La revolución la empezó Cate Blanchett el año pasado en los Globos de Oro (preguntando directamente a la cámara si hacía lo mismo con lo hombres) y Elisabeth Moss no dudó entonces en mostrar visualmente su opinón de la ‘mani cam’ en pleno directo… con una seña obsena.
Doce meses después, sus efectos perduran. No solo hay rechazos a la ‘mani cam’, la revista Elle decidió cambiar de estrategia e igualar el tratamiento mediático, preguntando a los hombres sobre sus rutinas de belleza, la concialiación familiar o si se han preparado con alguna dieta para aparecer en la alfombra roja. Algo que volvió loco a Kevin Spacey cuando el equipo de Buzzfeed le planteó este tipo de dudas hace un año.
Esta lucha por la igualdad no solo se da en la alfombra roja. Los discursos de agradecimiento se están convirtiendo en la plataforma para que las actrices alcen la voz contra la discriminación por edad, el racismo o la escasa diversidad de papeles.
Maggie Gyllenhaal lo hizo en los Globos de Oro y ahora le tocó a Viola Davis. Lo hizo al recoger su premio por “How to get away with murder”.
“Gracias por pensar que una sexy, desastrosa y misteriosa mujer podía ser una mujer de 49 años, de piel oscura y afroamericana”.
El próximo capítulo, en la gala de los Oscar.

Vea a Jennifer Aniston en los SAG

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