EMMANUEL LUBEZKI

Junto a Alejandro G. Iñárritu, siempre cerca, caminan el director de fotografía, Emmanuel Lubezki y el editor de sonido, Martin Hernádez, sus compatriotas, quienes por “Birdman” están nominados a Mejor Cinematografía y Mejor Edición de Sonido, respectivamente.
Lubezki ganó el año pasado el Oscar en la misma categoría por su trabajo en “Gravedad”, del también mexicano Alfonso Cuarón. De hecho, el fotógrafo acababa de terminar la filmación de la cinta sobre el espacio, cuando Iñárritu se le acercó con una propuesta: rodar “Birdman” de una manera en que la película pareciera ser una toma continua.
“Espero no tener que hacer esto”, fue lo primero que pensó el cinefotógrafo sobre la obra, pues era un reto muy grande y no quería que estuviera llena de efectos.
Aún así, Lubezki le da a su director el crédito por la idea de la toma larga sin cortes: desde el principio quería meter de lleno a la audiencia en Riggan Thomson, interpretado por Michael Keaton, y el colapso de su vida como el actor de un antiguo superhéroe que intenta volver al mundo del espectáculo con su propia obra en Broadway.
Fue un gran desafío para los actores ser filmados en tomas largas, pues están acostumbrados a trabajar en secuencias de poca duración.
“(Keaton) se dio cuenta que esto no era fácil, que tenía que aprender todo el diálogo y pasar por esta paliza emocional en tomas muy, muy largas”.
Lubezki se dio cuenta que Keaton está interpretando como cinco personajes, en los diferentes estados emocionales de Riggan.
“A veces pasa de un personaje a otro, a otro, en la misma toma, sin una protección, por lo que es muy, muy difícil”, agregó.
La tarea hubiera sido mucho más difícil para el fotógrafo si el director se hubiera salido con su deseo de hacer la película en una sola toma, en un teatro que tenía todo lo que necesitaban.
“Tuve suerte que no pudimos encontrar un teatro para hacer todos los pasillos y los camerinos que funcionara”, dijo, “y por ello tuvimos que cortar”, agregó.
Fue cuando casi terminaban de filmar y comenzaron a juntar partes de la película, que vio que la recompensa era inmensa.
“He visto muchas películas con tomas largas, pero nunca vi una película que es en gran parte una comedia que use primeros planos de esta manera”.
Lubezki, de 50 años y siete veces nominado a la estatuilla, tiene lo que González Iñárritu describe como un talento hermoso y gusto exquisito, y juntos han creado un proceso genial, según el cineasta.
Cuando González Iñárritu ganó el premio del Sindicato de Directores, el fin de semana pasado, bromeó con Alfonso Cuarón sobre su arma secreta compartida, en referencia a Lubezki.

MARTÍN HERNÁNDEZ

El editor de sonido conoce a Iñárritu desde los años 80, cuando ambos eran locutores en una estación de radio de rock.
Su trabajo en conjunto, está plasmado en “Amores Perros”, “Babel” y “Biutiful”; además de otras cintas como “El Laberinto del Fauno”, “No se aceptan devoluciones”, “Rudo y Cursi” y “On the road”.
Después de la nominación de Hernández al Oscar, muchos se preguntaron en qué consiste el trabajo de un sonidista de cine. Existe la creencia de que los sonidos que se escuchan en las escenas de un filme quedan registrados por la cámara cuando se está grabando. La realidad es que los ruidos incidentales, parte de los diálogos, y la atmósfera sonora se agregan después de forma minuciosa.
Durante los nueve meses que tardó la realización de “Birdman” hubo en total 15 personas en el departamento de sonido, de las cuales Hernández realizó la mayor parte con Aaron Glascock, con quien comparte la postulación a la mejor edición de sonido.
El sello de Hernández y G. Iñárritu en el sonido de “Birdman” se nota con guiños muy característicos de México, como la escena en Times Square cuando Riggan Thomson camina en ropa interior y se oye la clásica grabación que usan los señores que venden tamales en bicicleta por las calles.
“La ponemos en todas sus películas”, dijo Hernández. “No les voy a decir (dónde), eso es de ‘Where is Wally?’’’.
Otro más sutil es un silbato de los carritos que venden batatas (camotes) en México, que aparece en la escena del hospital donde está Riggan con su hija. Esa fue idea de Hernández.
En la actualidad Martín Hernández disfruta tener un programa todas las mañanas. Su día a día consiste en despertarse muy temprano (a las 03:45), para llegar a transmitir “Así las cosas” en W Radio, después, dedica sus tardes a estar con sus hijos y a sonorizar películas.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *