“Efectivamente fue muy difícil juntarnos… ¡hasta para comernos un taco!, ya no digamos trabajar, de temporada o salir de gira; esto es una bendición por donde la veas, es un acto mágico y estamos tan entusiasmados, felices de hacer esta obra que tanto amamos, que nos ha dado tantas experiencias, de felicidad, comprensión, reflexión, alegrías, de risa. Compartirla con la gente de León nos pone muy, muy felices”.
Bruno Bichir contestó atento a las preguntas hechas por AM vía telefónica desde la Ciudad de México, después de ‘desayunar’ sólo un agua mineral al lado de su hermano Odiseo; Bruno recordó todo ese andar por el teatro, herencia de su padre Alejandro y que colocó a la Dinastía Bichir como una de las más importantes de México.
Alejandro, su padre y también su director en escena, traerá a la ciudad “El Último preso”, del dramaturgo polaco Slawomir Mrozek, puesta que había montado en 1980, año en que dirigió a la Compañía Nacional de Teatro y por la cual recibió el premio de la Asociación Nacional de Críticos de Teatro como mejor Director.
Así que desde niños los Bichir tienen historias en los mejores teatros de México, entre ellos el Manuel Doblado y el Festival Internacional Cervantino.
“León siempre nos ha acogido con gran amor desde que éramos niños, que íbamos trabajando en proyectos con la Compañía Nacional de Teatro de aquella época. Tenemos enormes, entrañables amigos allá en León, siempre tan cálidos, tan deseosos de ver este tipo de proyectos, es una ciudad bella. Los años que la visitamos nos parecía una maravilla, que ha crecido, eso lo saben, viven ahí con las dificultades propias de una ciudad grande, industrial como lo es León. El punto es que en teatro siempre fue bien recibido, el teatro Manuel Doblado es uno de los más hermosos del planeta, no nada más del país, nos da una alegría enorme regresar ahí”, dijo.
Después de una década de no compartir escena y que su padre los dirigiera (la última vez con “Malcolm y su lucha contra los eunucos”), el mensaje de esta comedia es claro: recordar que se tiene que volver a alzar la voz, retratar lo que un país opresor ha hecho en su gente al grado de que los presos políticos han callado sus demandas…la policía ya no tienen razón de ser.
Para Bruno, no hay misión más loable que apoyar al teatro como parte de un compromiso social, del que Guanajuato no ha sido ajeno.
“Tantas cosas, gente muy querida que nos ha acompañado en el transcurso de todos estos años, amigos, directores, empresarios, actores que están en la misma caravana, en la misma búsqueda de la felicidad a través de las artes y que arriesgan su tiempo, dinero, sangre, sudor y lágrimas para que la expresión artística, creativa, teatral, trascienda y sobrepase estos cercos, que nuestros sistema político, económico con un maltrato social perenne, nos han imputado, marcado como pueblo tanto México como en el mundo, estamos teniendo tiempos muy difíciles, todo el mundo lo sabemos, entonces que vayan al teatro porque entonces se están perdiendo de la vida”, consideró.
Con “El Último preso” no sólo se celebran 35 años de la primera vez que la obra fue montada por Alejandro, sino la celebración de su onomástico.
“Mi padre ante la pregunta expresa de: ¿qué quieres dirigir?, dirigió de nuevo esto, para darle otra revisión, para volver a hablar de temas que nos competen desde siempre; esto habla de que el mundo sigue descompuesto como alguna vez Shakespeare lo habló. Algo está podrido en el mundo, y hay que hacer teatro para ver si ahora sí comprendemos y cambiamos las cosas. Es interesante que el teatro ponga ese granito de arena”.
Odiseo, Bruno, Demian y Alejandro se ven las caras en un proyecto que por azares del destino se convirtió en un trabajo familiar, una única ocasión para ver a los Bichir en su máxima expresión.
“Ahora nos vemos las caras en escena y la temporada en México que fue en diciembre y enero, fue una locura, fue bellísimo, se llenaba cada función. Por las agendas y las rutas de las giras no podemos tocar todas las plazas, así que si estás cerca de esta región aledaña a León, yo me tomaba el tiempo, paciencia y distancia para ver este proyecto, no porque creemos que es única, sino porque lo hacemos con mucho amor y compromiso para rendir un homenaje a mi padre que cumple 80 años justo el 10 de mayo, y un homenaje al público. Es una fortuna hacer este proyecto y así lo estamos viviendo y compartiendo con ustedes”, finalizó.
La sátira del Mrozek (quien estuvo exiliado por mucho tiempo en México), se presentará en dos funciones 7 y 9:30 de la noche. El costo de los boletos es de 600 pesos, 440 pesos y 275 pesos.
Dinastía Bichir invita al teatro
La obra “El Último Preso” se presentará en León el próximo 6 de mayo, para retratar a un país represor donde nadie alza la voz y el sistema parece no