El amor platónico, la literatura, las fantasías eróticas y un poco de humor negro son los ingredientes que conformaron la historia de “El Profesor (Yepeto)”, obra protagonizada por Damian Alcázar.
El actor, famoso por sus papeles en exitosas películas como “La dictadura perfecta”, “El infierno” y “La ley de Herodes”, regresó a los escenarios teatrales luego de 4 años con este montaje en el que también participan Mariano Palacios y Eleané Puell.
La obra atrajo a cerca de dos mil leoneses la noche del miércoles al Teatro Manuel Doblado, para disfrutar de un magistral diálogo entre el profesor (Alcázar) y Hugo Antonio (Palacios).
El joven deportista se sentía amenazado ante la admiración que su novia Cecilia (Puell) demostraba a su profesor de literatura, un hombre cincuentón que, pese a que según su ética no se relacionaba con alumnas (claro, hasta que se graduaran), no dejaba de expresar una atracción hacia la joven de 17 años.
“Las mujeres no nacieron para ser comprendidas, nacieron para ser disfrutadas” le aconsejó el profesor a Hugo, quien se quejó de no entender la situación, que se estaba tornando en un peculiar triángulo amoroso.
El catedrático desenvolvía sus argumentos acompañados de oportunas citas de grandes escritores como Victor Hugo, Pablo Neruda, Miguel de Cervantes, Tennessee Williams, Octavio Paz, Fedor Dostoievski, Óscar Wilde, entre otros.
“Ellas saben ejercer su sensualidad, lo saben desde que tienen 3 años y la utilizan hasta que se mueren… menos la maestra Elba Esther Gordillo”, expresó el protagonista, quien también soltó ocurrencias que provocaron las carcajadas de los espectadores.
La historia, escrita por el argentino Roberto Cossa, se desarrolló en cinco días en dos lugares paralelos: el viejo departamento del docente, conformado por la escenografía, y un parque, que es recreado con la imaginación del público.
La chica fue una aparición eventual en las orillas del escenario o detrás del librero para recrear lo que el profesor relataba. De pronto, expresaba algunas palabras.
En la segunda función, una falla en la luz interrumpió en pleno discurso a Alcázar, y al dejar el teatro en completa oscuridad, hubo una pausa de 5 minutos. Tras arreglar la iluminación, el actor retomó la escena con el profesionalismo que lo caracteriza.
“La verdad no existe, lo único que existe es la poesía”, “Se debe ser un poeta, no un artesano de las palabras”, insitía el profesor a Hugo, ya que su experiencia y sabiduría es lo que lograba enamorar a mujeres más jóvenes.
Los diálogos subían y bajaban de intensidad, pero en un punto llegaron a tal grado, que el joven deportista se despojó de su ropa ante el asombro del público.
Satisfechos del trabajo de estos 3 actores, los asistentes aplaudieron de pie al finalizar el montaje, que tras su visita a León, planea bajar el telón en agosto, cuando llegue a las 120 representaciones.
Damian Alcázar da cátedra de seducción
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