El diseñador Arnold Scaasi, cuyas ostentosas creaciones vistieron a primeras damas como Mamie Eisenhower y Laura Bush además de estrellas de cine como Elizabeth Taylor y Barbra Streisand falleció a los 85 años.
Scaasi murió la madrugada del martes en el Hospital Presbiteriano de Nueva York por un ataque al corazón, dijo su viejo amigo Michael Selleck, vicepresidente ejecutivo de ventas y mercadotecnia de la editorial Simon & Schuster.
Hasta que cerró su tienda en 2010, Scaasi — que creó ese nombre a partir de su apellido escrito al revés, Isaacs — se especializaba en prendas hechas por encargo, a menudo en telas coloridas y ornamentadas, con detalles como cuentas y plumas de avestruz.
“La moda se trata realmente de sentirse bien”, dijo a The Associated Press en 2002 cuando el Museo del Instituto de Tecnología de la Moda exhibió su obra. “Vestirse debe ser divertido, me gusta la ropa emocionante que le ayuda a las mujeres a sentirse excitantes y hermosas”.
Aunque no solía guiarse por la máxima de “más es menos”, uno de sus diseños más famosos fue un traje negro traslúcido que usó Streisand en la ceremonia de los Oscar de 1969, cuando ganó el premio por “Funny Girl” en un empate con Katharine Hepburn. Tenía pantalones de campana y una blusa cubierta de lentejuelas que le hacía juego, con un moño negro al frente, así como cuello y puños blancos.
Vista desde ciertos ángulos la fina tela creaba una sensación de desnudez, pero tenía parches estratégicamente colocados que le cubrían los pechos. Scaasi negó que su intención fuera impactar, y dijo que le comentó a Streisand: “Tenemos que hacer algo muy moderno, que sea realmente de actualidad”, pues hasta entonces el público la había visto sólo con vestidos de época.
El legado más importante de Scaasi es “su profunda individualidad”, dijo el martes en entrevista telefónica Parker Ladd, esposo del diseñador desde 2011 y su pareja desde hace 54 años.
“Todos los que se comprometieron con su ropa sentirán eso y los museos y la historia lo recordarán así”, agregó Ladd.
Valerie Steele, directora del Museo del Instituto de Tecnología de la Moda (FIT por sus siglas en inglés) trabajó en la exposición sobre Scaasi y recordó al diseñador como “una persona increíble, tan inigualable, muy divertido e inteligente, una verdadera personalidad”. Steele destacó sus diseños como “coloridos, femeninos y esculturales”.
Scaasi nació en 1930 en Montreal. Su padre era un peletero y él se interesó en la moda desde muy temprana edad.
Estudió en Montreal y París y trabajó para el diseñador Charles James — famoso por sus vestidos glamurosos y esculturales — en Nueva York antes de abrir su primer negocio de ropa de confección en 1956.
A lo largo de los años ganó numerosos premios, incluyendo un reconocimiento a la trayectoria en 1996 del Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos.
Como hizo relativamente poco para el mercado masivo de ropa de confección, no era tan conocido entre los consumidores promedio como otros de sus contemporáneos como Oscar de la Renta o Liz Claiborne.
Pero sí diseñó algunas piezas refinadas de confección para algunas tiendas especializadas, y dijo a la revista Women’s Wear Daily en 2007 que estaba creando una línea de confección “porque las mujeres me preguntan en aeropuertos y en cenas”.
Por un precio espectacular, sus clientas famosas y de sociedad obtenían ropas únicas, cuidadosamente construidas, hechas a su medida exacta, que subrayaban sus mejores atributos y camuflaban sus defectos. Era conocido por tomar decenas y decenas de medidas de los cuerpos de sus clientas.
En su libro de 2004, “Women I Have Dressed (and Undressed)” (Las mujeres que he vestido y desvestido) Scaasi describió algunas de las cosas que hizo para Elizabeth Taylor: “Un espectacular vestido de gala blanco con un diseño de brillante con arcos sobre el vestido completo… acompañado por una capa de terciopelo negra; era fabuloso. Un vestido corto de seda estampada en coral y turquesa petunia con una capa en cachemira turquesa. Un hermoso vestido en gasa negra que estaba completamente cubierto de pequeñas hojas y flores con racimos de cristales”.
Scaasi era joven cuando tuvo a su primera clienta de la Casa Blanca: Mamie Eisenhower. A la primera dama le gustaban los vestidos de gala strapless, Scaasi escribió: “Me complació mucho que la señora Eisenhower quisiera verse tan estilizada”.
Para Barbara Bush diseñó varias piezas incluyendo su vestido en dos tonos de azul rey “Barbara blue” de 1989 el cual usó para la ceremonia inaugural de su esposo.
Laura Bush, dijo, tuvo que ser persuadida de acortar un poco sus faldas, hasta la rodilla. De ella elogió “su largo cuello, que, claro, cualquier mujer moriría por tener”.
Scaasi dijo que su lealtad a los Bush le impidió diseñar para Hillary Rodham Clinton. Pero para su sorpresa dijo que la conoció en 1994 y supo que la señora Clinton había comprado un vestido suyo, en negro con volantes que dijo que era “uno de los vestidos más lindos que tengo”.
En cuanto a otra famosa primera dama, Jacqueline Kennedy, Scaasi escribió en su libro que ella usó su ropa antes de convertirse en la esposa del presidente, pero no después. Agregó que él no tenía dinero como para darle ropa gratis a la primera dama.
Scaasi también recordó en su libro que convenció a la estrella de la ópera Joan Sutherland de que se sintiera cómoda con ropa que mostraba su cuerpo, en vez de esconderlo.
Hizo un vestido con rosas en color durazno sobre un fondo negro, que acompañó con una capa en seda color mandarina. Escribió que Sutherland le dijo: “nunca me he sentido bonita en mi vida. Esta noche siento que soy muy bonita”.
A Scaasi le sobrevive Parker Ladd, con quien vivió en Manhattan, Long Island y Palm Beach, Florida.
“Nuestra relación era muy profunda”, dijo Ladd el martes.

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