El rey del traqueto, el de los billeticos, el ejecutivo de cobranzas: Miltón Jiménez, alías “El Cabo” tomó por asalto el Teatro Manuel Doblado para ‘matar’ de risa a más de mil personas.

Desde Colombia para México, desde las series del “El Señor de los Cielos” pasando por el “Cartel de los Sapos”, el actor Robinson Díaz prestó su cuerpo a este peculiar personaje, que por más de dos horas inyectó dopamina en el cuerpo de sus admiradores.
Luego de las 9:30 de la noche, “El Cabo” apareció en una de las entradas a camerinos, abrazado a su querido porcino, acompañado del ‘media lengua’ (Alberto Barros), dos guaruras y regalando billetes a destajo.
“¡Ahí les traje un billetico!, ahí le va ‘mamita’ para su liposucción, para los útiles escolares, ¡ea mi pueblo, mis queridos Panzas verdes!”.
Con la playera del equipo de fútbol León en las manos, El Cabo dio instrucciones a su seguridad de acordonar el área y cerrar el perímetro.
“¿Con qué esto es un teatro?…mmm, pues está más elegante que hacer el amor con corbata; pues vengo a decirles que me da pena interrumpirles su espectáculo cultural, pero el dueño del teatro me debe cinco cuotas, y lo que iban a ver hoy, ¡ni modo!, no lo van a ver, ahora son parte del Caletas Cabo Corporation”, exclamó.
El Cabo tomó posición como modelo en pasarela ataviado en su característico outfit deportivo y sombrero campirano, sin faltar sus largas cadenas de oro.
“¡Guapo!, ¡Mucha ropa!”-le gritaron las mujeres- “Tranquilas, que hoy venimos a ajustar cuentas con un tal Enrique Peña y una tal Bárbara Botello, que hablan que se fue al spa, con el peluquero…también con el Donald Trump”.
Tras declarar el teatro como terruño “Cabiñero”, fue momento de arrancar la fiesta: ¿Qué es lo que le falta a México?…¡Salud!. Voy a empezar esto con el baile de una mujer, ¡a ver!, ¿quién se avienta?.
Lorena Pérez fue una de las afortunadas que subió y pidió a una persona del público, registraran el momento; “Cabo” bailó como ‘El Resortes’ y aprovechó para tocarle un glúteo…tras la quebradita, el regalo fue una de sus preciadas cadenas.
El autodenominado ‘El señor de los Periquitos’, realizó un discurso político y social de la situación de violencia que se vive tanto en México como en Colombia; el espectáculo fue una travesía por la vida complicada de un narco, acompañada de chistes de la vida cotidiana.
“A nosotros no nos engañan, después de Maradona, el mayor consumidor de droga es Estados Unidos; mi trabajo, lo que yo hago es algo de caridad, porque pobrecitos los consumidores, no los vamos a dejar sin sus medicinas”.
El Cabo platicó su experiencia con la muerte y del cómo le fue encomendada su misión de vida: La legalización de la droga.
“Ahora ya lo saben, el analfabetismo deja dos caminos: La droga o la farándula, vean ustedes por sí mismos”.
Tras minutos de baile, de risas y un casting en busca del doble del Cabo, llegó la hora de despedirse.
“Fue un placer enorme estar aquí en León, ¡gracias!. Sabemos lo que está pasando en nuestros países, en Latinoamérica, y ésta es la única forma de enfrentar el tabú, de que con la risa se entienda lo que está pasando. Es el grito de nosotros como Colombianos, como latinoamericanos, de que nos dejen de tildar que somos los malos, ¡Viva México Ca…!”, finalizó.

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