Un tribunal en Polonia determinó el viernes que sería ilegal extraditar a Roman Polanski a Estados Unidos, donde el cineasta se declaró culpable de violar a una menor hace casi cuatro décadas.
La decisión del juez en Cracovia implica el cierre del caso contra Polanski a menos que Estados Unidos presente una apelación.
Una apelación, de ser exitosa, haría probable la extradición, pues el nuevo gobierno del partido Ley y Justicia que se instalará en noviembre ha indicado que no habrá indulgencia para Polanski, al expresar que las leyes se aplicarán del mismo todo para todos.
El juez Dariusz Mazur dijo que el caso es muy complicado pero que un proceso de extradición violaría los derechos humanos del cineasta de 83 años porque éste podría ser sujeto a confinamiento.
Los abogados de Polanski argumentaron el viernes que la solicitud de Estados Unidos tiene fallas legales y dijeron que el director ya cumplió un periodo en prisión bajo un acuerdo con un juez de Los Angeles.
“No se trata de justicia o del interés de la víctima”, dijo el abogado Jan Olszewski.
Polanski estuvo en Cracovia el viernes, pero no compareció en la corte.
El director ganador de un Oscar se declaró culpable en 1977 de un cargo de violación legal por haber tenido relaciones sexuales con una niña de 13 años durante una sesión de fotos en Los Angeles. Se le ordenó que se sometiera a un estudio psiquiátrico en una prisión estatal, donde pasó 42 días.
Los abogados han dicho que entendieron de una conversación privada con el juez que el tiempo que pasó en prisión sería el castigo de Polanski, pero que el juez luego insinuó que Polanski iría de nuevo a prisión, por lo que el cineasta huyó a Francia.
El veredicto del tribunal polaco puede ser apelado dentro de un periodo de siete días.
Polanski es una celebridad en Polonia, el país de su infancia, donde la opinión pública ha estado mayormente a su favor. Ganó un Premio de la Academia a mejor director por su filme de 2002 “El pianista” y previamente fue nominado por “Chinatown” de 1974 y “Tess” de 1979.
Sus movimientos están restringidos por una orden de la Interpol que está en efecto en 188 países. El director evita la extradición permaneciendo únicamente en Francia, Polonia y Suiza.

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