Terribles historias fueron contadas en el Teatro Manuel Doblado.
Para celebrar los 21 años de la puesta en escena más famosa de México, Rafael Perrín y Ernesto D’Alessio hicieron uso de sus dotes de actores Shakespeareanos.
Desde antes de las 5 de la tarde, parte de los más de mil 900 asistentes (a las dos funciones) llegaron temprano para gritar con la historia de Susan Hill.
“La Dama de Negro” se ha convertido en todo un clásico de noviembre, y es motivo de plática días previos de su realización.
A minutos de las 6 de la tarde, Christian Fernández, productor ejecutivo de la obra, exhortó a los presentes a no utilizar sus celulares, para coadyuvar a la buena realización de la obra de dos horas.
Por primera vez en León, D’Alessio tomó el papel que por varias temporadas personificó Odiseo Bichir (quien se encuentra ocupado en la realización de una telenovela); la química entre Perrín y Ernesto fue aplaudida por el público entre los 20 a los 50 años de edad.
“¡Que se espanten mucho y griten más!”, fue la promesa al inicio del espectáculo, que presentó divertidos y tenues cambios en la adaptación, entre ellas, pequeñas mofas a Enrique Peña Nieto.
El ambiente se tornó lúgubre, las proyecciones y juegos de luces, además del sonido evocaron a una escena terrorífica que se minimizó con algunos ‘chascarrillos’ por parte de los actores.
“¡Quiero contar esta historia!, no puedo dormir, quiero poder encontrar la tranquilidad”, dijo Kipps a Morris.
Arthur Kipps (Perrín) ha vivido aterrado a partir de una experiencia de su juventud, y esos terribles eventos tienen que ser contados. En un espacio conformado por familiares y amigos, Kipps pide apoyo a John Morris (D’Alessio), un incrédulo director de teatro que también fue presa de la terrorífica historia.
La primera hora y media de escena fue meramente explicativo, los presentes conocieron la historia y se situaron en una fría atmósfera inglesa de principios del siglo XX.
En el segundo acto, y tras un intermedio de 10 minutos, todos vivieron el terror y la zozobra de un teatro en oscuro.
Las risas del público se convirtieron en expresiones de sorpresa y duda en torno a quién se tenía al lado, ¿será el amigo o la Dama?.
El clímax llegó con la resolución de la incógnita, que dejó a más de uno perplejo.
“La Dama” se ha convertido en un imperdible de la cultura leonesa, y por ello cada que visita la ciudad, la asistencia para ser parte de los fenómenos inexplicables, es una de las más grandes del mes de noviembre.
Al final, ambos actores agradecieron a los leoneses su apoyo al teatro y prometieron regresar para repetir los arañazos de las butacas.

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