Alfonso André presentó en el Red Mosquito Live su segundo disco “Mar Rojo”.
El baterista de Caifanes, Jaguares y La Barranca, llegó por primera vez a la ciudad con su propuesta en solitario, ante un selecto público de más de 150 personas.
Federico Fong (bajo), Chema Arreola (batería), Javier Calderón (guitarra) y Adolfo Romero (guitara), lo acompañaron durante esta travesía que duró poco más de una hora.
Después de las 11 de noche el público estaba listo para cantar temas de los discos “Cerro del Aire” y “Mar Rojo”, uno que otro despistado se aventuró a solicitar una rola de Caifanes o, para probar suerte, de Jaguares.
Pero la noche fue exclusiva para las dos producciones de André, que desarrolló como proyecto alterno a su posición como baterista de Caifanes.
“Buenas noches, gracias por venir, esto es ‘Mar Rojo’”.
Las notas de “La Mitad de la verdad” encendieron la intimista escena, enseguida los fans de André registraron el hecho con sus celulares.
Con “Puedes dejarme atrás”, “Mar Rojo”, “Icaro” y “Estampa” la gente aplaudió.
André reconoció los temas que fueron inspiración de algunos miembros de su banda. Enseguida “Torre del Olvido”, “Penelope” y “El Sol Saldrá”, fueron el sello de la noche ya casi madrugada.
“La piel”, “Ese lugar”, “Tormenta”, “Todo temor”, descubrieron a unos músicos propositivos que se ganaron el aplauso de los rockeros que asistieron esa noche, algunos con playeras de Caifanes y Jaguares.
Para terminar la noche, cuatro rolas más fueron el sello del estreno de André en los escenarios leoneses: “Rayo”, “Casi puedo verte” y la versión muy personal de “Hasta que dejes de respirar” (de Caifanes) y “Suelta”.
Al termino, algunos de los asistentes se acercaron a Alfonso para solicitarle una fotografía, saludarlo o hasta besarlo en la mejilla.
André y sus colegas escucharon después a la banda Bulbox, fue difícil mantenerse inerte ante la energía y decidieron subir al escenario para aventarse el clásico ‘palomazo’.
El hecho fue registrado hasta en Periscope, y después de las 2 de la madrugada, el escenario se apaciguó para descansar de un extenuante día de rock.

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