“‘Frankenstín’, mi apellido se pronuncia ‘Frankenstín’, no Frankenstein”, es lo primero que Adal Ramones expresa sobre el escenario del Teatro Aldama.
El actor luce un traje color arena, cubierto con una bata blanca y una peluca negra, que no es muy voluptuosa, pero que hace que luzca más cabello del que realmente tiene.
Ramones está en medio de la escenografía que simula un salón de la clase de ciencia, y comienza así su ensayo general como el Dr. Frederick Frankenstein, personaje protagónico de El Joven Frankenstein.
Una vez que dice las primeras frases continúa con el resto del libreto y junto al ensamble, que no está caracterizado, ejecuta el primer número musical del montaje, al que se integrará a partir del 12 de mayo.
El regiomontano canta, baila y actúa, todo al mismo tiempo. Nadie creería que es apenas la décima ocasión que ensaya y la primera en que correrían toda la historia sin pausa, como indicó el director.
“Cuando hice el musical Los Productores me tocó estar casi los tres meses de ensayo con maestros de tap y todo, y ahora fue casi como: ‘¡Ya vas!’.
“Memorízate el texto, los bailes, el canto… Yo llegaba por la mañana y era puro baile, baile y baile, al grado que me duelen músculos y tendones que desconocía que tenía el cuerpo humano”, bromeó.
La evidencia de que no se trataba de una función regular era que sólo Ramones estaba caracterizado, pues el resto del elenco debía actuar horas después ante el público.
Y es que el también conductor repasó uno a uno los números musicales de la producción de Alejandro Gou, que si bien no ha tenido mucho tiempo de practicar, memorizó muy fácilmente.
No todo le salió a la perfección, pero contó con la ayuda de Freddy Ortega, con quien alternará en el personaje y quien desde una de las butacas del teatro lo “rescató” cuando tuvo pequeños tropiezos.
“Somos muy distintos, incluso para hablar, Freddy y yo. Tengo otra clase de comedia corporal. Los chicos que están aquí del staff y compañeros del ensamble podrían decir que son dos Frankenstein diferentes”, expresó Adal.
Momentos antes de transformarse en Frankenstein, el actor repasó unos pasos de baile que, según admite, es lo que más trabajo le ha costado en este nuevo proyecto.
Además, dijo que bailar lo hace recordar a su fallecida madre, quien siempre lo alentó a que tomara clases de tap.

 

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