“Cuando las luces se apagan” (2016), inspirado debut del prolífico autor de cortometrajes David F. Sandberg, parte de una sencilla premisa poco explorada, aunque omnipresente en el género de horror: ¿Qué sucede realmente en la oscuridad?

Su idea es manejar las sombras como metáfora de un complejo de culpa que hace tangibles miedos infantiles que, a su vez, se heredan. Así, vuelve cada elemento (empezando por el excelente reparto) en representaciones del horror puro, utilizando con solvencia varios trucos visuales. En efecto, nada aterra más que aquello que aparece y desaparece entre las sombras.

La protagonista es Teresa Palmer, quien al irse de su casa pensó que detrás de esa puerta iban a quedar todos sus miedos de niña y, enterrados con ellos, la presencia sobrenatural que la aterrorizaba de noche. La frontera de lo real era tan frágil que se llegó a cuestionar su salud mental.

La actriz no es nueva en el género de terror, antes participó en “The Grudge 2” y “Warm Bodies”. Ella misma admite su gusto por asustar al público.

“Tengo una gran fascinación por todas las cosas oscuras, probablemente porque las uso como una forma de escape. Me encanta ir a una sala oscura para sentir la adrenalina corriendo y experimentar alivio cuando salgo de ella. Siempre me ha gustado todo lo que tiene que ver con lo sobrenatural”, reveló en una entrevista al portal Hoy Los Ángeles.

 

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