No hay despedidas sin emoción, y Aerosmith le dijo adiós a la Ciudad de México dejando en claro por qué ha hecho historia en el rock. Y que si sus integrantes se van porque quieren, no porque no pueden más.
En la Arena Ciudad de México, más de 23 mil espectadores (desde cincuentones hasta adolescentes) gritaron y corearon con los brazos en alto los 17 temas de los estadounidenses.
Sobre el escenario, cinco rockeros que pese a sus altibajos, peleas y adicciones, aún tienen química perfecta y se comportarán como “Los Chicos Malos de Boston” hasta el fin.
El cantante Steven Tyler, los guitarristas Joe Perry y Brad Whitford, el bajista Tom Hamilton y el baterista Joey Kramer aparecieron a las 21:21 horas en la única fecha mexicana de su gira Rock N’ Roll Rumble Aerosmith Style.
Los temas “Draw the Line” y “Love in an Elevator” fueron sus primeros disparos, que los fans recibieron con aplausos y gran euforia.
El extravagante Tyler no tardó en imponerse como seductor showman: deambuló por la tarima y la pasarela, pidió seguir el ritmo con los aplausos y fingió no escuchar para que los decibelios explotaran.
Antes de “Crazy”, que retumbó en el recinto, coqueteó con una rubia cerca del escenario: “Mariana, mi amor, sólo tengo unas palabras para ti: ‘Ven aquí, bebé’”, soltó, para derretir a la presunta “Mariana” y a sus miles de seguidoras.
Tyler entonó sus clásicos alaridos en “Cryin’” y “Last Child”, y demostró que tiene, a los 68, la voz intacta. 
Perry (66), quien se desmayó en vivo hace unos meses tocando con los Hollywood Vampires, encendió a la Arena con un recital de riffs, como en “Livin’ on the Edge”. 
Whitford (64) y Hamilton (64) se miraban con complicidad y Kramer (66) apaleaba los tambores con furia.
El set fue un repaso de toda la trayectoria y las transiciones sonoras (blues, hard rock, pop, baladas) con las que han hechizado los oídos de al menos tres generaciones.
También destacaron “I Don’t Want to Miss a Thing”, el cóver a The Beatles “Come Together” y “Walk This Way”, coreadas como si la vida se fuera en ello, tras lo cual Aerosmith se despidió.
El público rogaba por más y Tyler, al piano, hizo delirar a todos con “Dream On”.
La Arena era una constelación de luces de teléfonos.
Perry se atrevió a darle más épica y subió al piano a acompañar a su a veces querido y odiado colega.
“Amo a esta banda. ¿No aman ustedes a esta banda?”, preguntó Tyler, señalando a sus compañeros.
El verdadero final llegó con “Sweet Emotion”, a las 23:13 horas, y un “viva México”.

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